domingo, 27 de febrero de 2011

EL CARACAZO, LA MASACRE DE LOS POBRES

El 27 de febrero de 1989, estalló  la más vasta insurrección popular de América Latina en contra de las medidas de ajuste neoliberal exigidas por el FMI. Sin duda alguna es la fecha más importante del siglo XX venezolano. La insurrección dejo un saldo de víctimas mortales nunca precisado, pero extraoficialmente, se calcula, pudo oscilar entre 3500 a 30 mil caídos. De allí el punto nodal de quiebre de una Venezuela hacia otra de mayor protagonismo, de sectores sociales y de las bases políticas. 




El caracazo o sacudón fue una masacre realizada por la Policía Metropolitana, DISIP, el Ejército y la Guardia Nacional durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez contra manifestantes que habían creado una fuerte ola de protestas, disturbios y saqueos el 27 de febrero de 1989 en la ciudad de Caracas, e iniciados realmente en la ciudad de Guarenas, cercana a Caracas. El nombre proviene de Caracas, la ciudad donde acontecieron parte de los hechos, recordando a otro hecho ocurrido muchos años antes en Colombia; el bogotazo.

La economía venezolana cayó a partir del endeudamiento que generó el país después del boom petrolero en los 70. A partir de ese momento, comenzó una caída paulatina a medida que el Estado venezolano aumentaba su recaudación y gastos. Esto causó una devaluación de la moneda en 1983. A partir de entonces las políticas económicas de los gobiernos de Luís Herrera Campíns y Jaime Lusinchi no fueron capaces de frenar las espirales inflacionarias, generando desconfianza en las inversiones y pérdida de credibilidad en la moneda nacional. Algunas de las políticas que emplearon estos gobernantes fueron controles de cambio a través de RECADI (Luis Herrera Campíns) y un control de precios (Jaime Lusinchi), medidas que devinieron en corrupción administrativa y mercados negros de divisas y bienes. Estas situaciones incrementaron la desinversión privada, generando una escasez gradual.

El gobierno de Carlos Andrés Pérez buscó dar un cambio al liberar la economía, a través de un programa de ajustes macroeconómicos promovido por el Fondo Monetario Internacional (FMI), al que se le llamó "Paquete Económico", concebido para generar cambios sustanciales en la economía del país. Se anunciaron medidas de aplicación inmediata y otras de aplicación gradual en plazos breves. El paquete comprendía decisiones sobre política cambiaria, deuda externa, comercio exterior, sistema financiero, política fiscal, servicios públicos y política social. Sin embargo, la liberación de precios y la eliminación del control de cambio generaron un reajuste sumamente brusco para las personas de menores ingresos. 

LAS PRINCIPALES MEDIDAS ANUNCIADAS

1.-Someterse a un programa bajo supervisión del Fondo Monetario Internacional con el fin de obtener aproximadamente 4500 millones de dólares en los 3 años siguientes.
2.-Liberación de las tasas de interés activas y pasivas en todo el sistema financiero hasta un tope temporal fijado en alrededor del 30%.
3.-Unificación cambiaria con la eliminación de la tasa de cambio preferencial.
4.-Determinación de la tasa de cambio en el mercado libre de divisas y realización de todas las transacciones con el exterior a la nueva tasa flotante.
5.-Liberación de los precios de todos los productos a excepción de 18 renglones de la cesta básica.
6.-Anuncio del incremento no inmediato, sino gradual de las tarifas de servicios públicos como teléfono, agua potable, electricidad y gas doméstico.
7.-Aumento anual en el mercado nacional durante 3 años de los precios de productos derivados del petróleo, con un primer aumento promedio del 100% en el precio de la gasolina.
8.-Aumento inicial de las tarifas del transporte público en un 30%.
9.-Aumento de sueldos en la administración pública central entre el 5 y el 30% e incremento del salario mínimo.
10.-Eliminación progresiva de los aranceles a la importación.
11.-Reducción del déficit fiscal a no más del 4% del producto territorial bruto.
12.-Congelación de cargos en la administración pública.

De esta manera,se decide poner en práctica de manera inmediata el paquete de ajuste y de medidas económicas, financieras y fiscales. La creciente desaprobación de la gestión del Presidente Pérez, la ruptura con el partido Acción Democrática, la falta de nuevos liderazgos, tuvo como consecuencia que el paquete de medidas fuera rechazado.

El 26 de febrero el ministerio de Energía y Minas anuncia el alza en 30% de los precios de la gasolina y el incremento de las tarifas del transporte público urbano e inter-urbano también en un 30% a partir del 27 de febrero, válido para los 3 meses siguientes, después de los cuales podrían aumentarse hasta el 100%. Las medidas económicas y sociales impuestas por el gobierno y la creciente tasa de pobreza, originaron la masacre y la ola de violencia llamada como el "Caracazo".

ANTECEDENTES

El 02/02/89 se iniciaba el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez con el respaldo de la mayoría de los venezolanos. El país venía acumulando una compleja problemática política, económica y social que requería de reformas radicales inmediatas. Pese a los tres frentes en los que había que luchar, se seleccionó el frente económico como prioritario, para posteriormente acometer el programa de renovación en los campos político y social. Recién iniciada la segunda administración del Presidente Pérez se procedió a anunciar un conjunto de medidas económicas de corte neo-liberal, enmarcadas dentro de los parámetros del FMI y mediante la coordinación del gabinete sectorial correspondiente del nuevo gobierno.

Al conjunto de medidas se les llamó "El Paquete", el cual planteaba una reforma estructural del sistema económico que implicaba sacrificios y austeridad a corto y mediano plazos, vislumbrándose que después de la mitad del período presidencial ya comenzarían a sentirse los efectos positivos de los mencionados cambios estructurales, corrigiéndose así errores que venían arrastrándose por varios lustros. La nota discordante parecía ser la agitación dentro del sector estudiantil, a través de los integrantes de la Plancha 80 de la UCV, quienes se dieron a conocer como Movimiento 80 (M/80), integrados por restos de la Juventud de la Liga Socialista con el apoyo del Rector Luis Fuenmayor. Desde el retorno a clases en enero de 1989, los "encapuchados" habían hecho su aparición en las adyacencias de la UCV -- Plaza Venezuela y Tres Gracias. A nivel nacional, el M/80 había establecido una eficaz organización a través de la Coordinadora Nacional de FCU(C/FCU).

PROTESTAS Y SAQUEOS

Las protestas se iniciaron en Guarenas (ciudad ubicada a 15 km al este de Caracas), la mañana del 27 de febrero de 1989, también se desatan los saqueos y la violencia en Caracas, la gente de escasos recursos de la capital, en zonas populares como Catia, El Valle-Coche y Antímano, toman el control de las calles. Los canales de televisión transmitían en vivo los hechos, al principio en los sectores populares había protestas pacíficas, pero ante el descontrol y la ineficacia de los cuerpos de seguridad, se producen más enfrentamientos, motines y protestas, cada vez tornándose de forma más violenta. En horas de la tarde, había problemas en casi todos los barrios y urbanizaciones de Caracas, los comercios habían cerrado y el transporte público no prestaba servicio.

En los días siguientes, los medios de comunicación mostraron imágenes que permitieron ver la magnitud de los saqueos. Durante muchos meses se discutió cómo pudo acontecer algo tan violento en Venezuela. Protestas violentas también se originaron en otras ciudades como La Guaira, Maracay, Valencia, Barquisimeto, Mérida y Ciudad Guayana. Desbordado por los saqueos, el Gobierno declaró el toque de queda, militarizó las ciudades principales y aplastó las protestas con violencia desmesurada. En la ciudad de Caracas se activó el "Plan Ávila", el cual confería al Ejército la custodia de la ciudad, habilitándolos para el uso de armas de guerra al momento de contener las manifestaciones.






Algunos utilizaron armas de fuego para defenderse o atacar a los militares, pero las muertes de policías y militares fueron incomparables con las muertes de civiles. El 3 de marzo a las puertas de la morgue de Bello Monte se fundó el Comité por los Desaparecidos (que meses después se convertiría en el Comité de Familiares de las Víctimas, COFAVIC). Sus fundadores fueron Enrique Ochoa Antich (para entonces Secretario de Derechos Humanos del Movimiento al Socialismo MAS), Giovanni Pasquali y Èdgar Silva. Hay un número impresionante de muertos, enormes pérdidas materiales y miles de heridos. Fuentes extraoficiales señalaron que el número de muertos fueron más de 300. La insurrección dejo un saldo de víctimas mortales nunca precisado, pero extraoficialmente, se calcula, pudo oscilar entre 3500 a 30 mil caídos. De allí el punto nodal de quiebre de una Venezuela hacia otra de mayor protagonismo, de sectores sociales y de las bases políticas. La represión fue especialmente dura en los barrios pobres de la capital. El poder ejecutivo suspendió las garantías constitucionales. Durante varios días la ciudad vivió sumida en el caos, las restricciones, la escasez de alimentos, la militarización, los allanamientos, la persecución política y el asesinato de personas inocentes.



Algún tiempo después, por denuncia hecha por Enrique Ochoa Antich, Liliana Ortega y COFAVIC, se ubicó en el Cementerio General del Sur en el sector llamado de La Peste (por haber sido usado para enterrar a las víctimas de la peste española durante el siglo XIX) una fosa común donde pudieron hallarse los restos de algunos de los desaparecidos durante los sucesos.

CIFRAS: Muertes: Cifra Oficial: 300
La insurrección dejo un saldo de víctimas mortales nunca precisado, pero extraoficialmente, se calcula, pudo oscilar entre 3500 a 30 mil caídos. De allí el punto nodal de quiebre de una Venezuela hacia otra de mayor protagonismo, de sectores sociales y de las bases políticas.


PÉRDIDAS MATERIALES:

-Negocios asegurados en Caracas: Bs. 3.073.862.416,03.               
-Negocios no asegurados en Caracas: Se estiman más de 3 mil millones de Bolívares.
-Locales Saqueados en Caracas: 900 Bodegas, 131 Abastos, 95 Ferreterías, 62 Papelerías, 850 Negocios de Mercancía en General.
-Incendios en Caracas: 154


LA PESTE

En aquel genocidio, murieron más de trescientas personas y resultaron heridos varios millares. "La Peste" es una zona del Cementerio General del Sur, donde cavaron una fosa en la cual los militares enterraron decenas de cadáveres, sin reconocimiento forense ni cualquier otro trámite legal. La matanza fue tan brutal que quisieron esconder los muertos. Allí no se encontraron osamentas, sino cadáveres en estado de putrefacción, hecho en el cual fue reconocido el protagonismo parlamentario de Enrique Ochoa Antich.


PERSONAJES
-Carlos Andrés Pérez, Presidente de Venezuela por Acción Democrática (febrero de 1989 - mayo de 1993), Comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, gobernante durante los hechos.
-Gral. de División (Ej) Italo del Valle Alliegro, Ministro de la Defensa. Citado en calidad de Imputado por el Ministerio público para el 22 de junio de 2009.
-Gral. de División (Ej) José María Troconis Peraza Comandante del Ejército (junio de 1988 - junio de 1989)
-Alejandro Izaguirre Angeli,, Ministro de Relaciones Interiores
-Virgilio Ávila Vivas, Gobernador del Distrito Federal (2 de febrero de 1989 - enero de 1992) designado por el presidente Pérez.
-Gral. Manuel Antonio Gil, Comando Estratégico del Ejército
-Gral. Manuel Heinz Azpúrua, para el momento de los hechos, era Jefe del Comando Estratégico del Ejército, posteriormente fue Director de la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip). Imputado por el Ministerio Público el mes de junio de 2009.
-Gral. (GN) Freddy Maya Cardona, Comandante del Regional 5 de la Guardia Nacional.
-Reinaldo Figueredo Planchart, Ministro de la Secretaría de la Presidencia.
-Gral. Katherine Alexandra Rovaina Sequeira, jefa de la Casa de Limpieza.
-Moisés Naím, Ministro Fomento, uno de los creadores del "Paquete Económico".
-Miguel Rodríguez, Ministro de Cordiplan (Oficina Central de Coordinación y Planificación de la Presidencia), responsable de la planificación económica.

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lunes, 21 de febrero de 2011

LA GUERRA FEDERAL Y EZEQUIEL ZAMORA.

 


Para  comprender las causas que desataron la Guerra Federal, es necesario caracterizar previamente al país, a fin  de encontrar dentro de aquella aparente confusión, las contradicciones que motorizan la sociedad venezolana de esa época.

La  sociedad  venezolana viene  transcurriendo  en pugnas,  un  tanto “instintivas” entre  los  grupos  dominantes, quienes no constituyen un bloque homogéneo. Los  comerciantes y el capital usurario tenían  en sus manos a los propietarios de tierras mediante préstamos onerosos  -  recordemos la Ley del 10 de abril de 1834, (Ley de espera y quita) y aquellos provocaban en estos reacciones que se revertían en la naturaleza del  Estado. Los terratenientes no habían encontrado como  evitar su ruina. La escisión definitiva entre liberales y conservadores, es expresión de esta lucha. Pero a su vez, como resultado de  las presiones del capital usurario sobre los propietarios, se  producía  la profundización de otra contradicción. Cuando  el  primero presionaba  más,  los segundos recostaban los efectos  sobre  las masas trabajadoras. Del mismo modo, las crisis constantes de  los precios  en  el mercado internacional  incidían  directamente  en agravar estas contradicciones y en motivar rebeliones políticas.

La  sociedad  venezolana se caracterizaba  por  un grupo  dominante formado por el capital usurario y  los grandes terratenientes, quienes cada día concentraban más  la  propiedad territorial. Del  otro lado una multitud  formada  por pequeños propietarios  sin capital, una legión de pobladores  doblados  en peones, arrendatarios, pisatarios, una burguesía (pequeña burguesía) urbana y una incipiente y débil masa de artesanos. Tal  como  dice  Federico Brito  Figueroa,  “Los cambios sociales ocurridos en Venezuela en la segunda mitad  del siglo  XIX no modificaron sus características de sociedad  global pre capitalista y rural latifundista”.

El  movimiento  de marzo de 1858  que  derrocó  al General Monagas,  fue  el resultado de  una  política económica desastrosa que aumentó la deuda pública, el déficit  fiscal y  de la promoción de reformas constitucionales sin fundamento. No había asomo de una alternativa para mejorar la situación  en  favor  de ningún bando; como dice H.  Malavé Mata, en “Formación del Antidesarrollo en Venezuela”, “liberales y conser­vadores, igualmente afectados, se unieron en 1858 para dar forma a un movimiento destinado a derrocar la regencia personalista  de los caudillos orientales”. Mas, la “revolución de Marzo” apenas fue un  golpe de  cuartel que como dice Vallenilla Lanz, "sólo puso  énfasis  en resolver el problema político relacionado con los Monagas". Así pues, podemos afirmar que la primera causa  de la  Guerra Federal, está ubicada en las pugnas entre las  propias clases  dominantes y al mismo tiempo, en la estructura económica nacional, en virtud que la forma de propiedad de la tierra marginaba de los beneficios de la producción a amplias capas humanas.

El  carácter  de  las  relaciones  de producción, condenando a los campesinos a vivir de ingresos sumamente insignificantes, por la ineficacia del aparato productivo, hace tomar fuerza a la idea de cambiar las relaciones, por una nueva forma de distribución. Por  eso la masa popular venezolana siente que  la lucha en la que participará tiene que llegar hasta objetivos más importantes  que el simple cambio político. Su programa de  lucha será  “la igualdad de clases” o la eliminación de  la estructura económica afianzada en la explotación del trabajo humano. Esas  contradicciones  no resueltas se  revierten políticamente en el rápido rompimiento entre liberales y conservadores y como dice Mario Briceño Iragorry, bien “pronto comprendió  la masa popular y los políticos efectivamente liberales  que habían apoyado la coalición, que detrás del programa  eufemístico de perdón y olvido de lo pasado, está la garra feroz de la taima­da oligarquía caraqueña…”.

Como resultado de ese rompimiento, el 18 de  junio de  1858, el gobierno expulsa del territorio nacional a hombres liberales como Ezequiel Zamora, Juan Crisóstomo Falcón, etc.
Recapitulando afirmamos que la no modificación  de la  estructura económica, el mantenimiento del latifundismo,  las prerrogativas del capital usurario y el mantenimiento de relaciones semi serviles, contribuyeron al rompimiento entre conservadores  y lo más avanzado del partido liberal. Un hecho económico  y otro  político, resultado  el primero del  segundo, definen un primer cuadro de causas de la Guerra Federal. Es evidente, como sostiene Brito Figueroa, que los oprimidos por terratenientes y burguesía parasitaria, buscaban la transformación de la sociedad. Si dudamos de ello, recordemos  lo que Zamora señalaba en sus proclamas: “No habrá pobres ni ricos, ni esclavos, ni dueños, ni poderosos, ni desdeñados, sino hermanos que sin  descender  la frente se tratan vis a vis, de quién a quién”.

Otro aspecto que conviene dilucidar es el relativo al problema ideológico

Es  obvio  que las prédicas liberales  que habían alimentado  las revoluciones burguesas europeas,  penetraron al territorio  nacional;  como dice José Gil Fortoul,  “La teoría democrática honradamente propagada por apóstoles e ideólogos como Estanislao  Rendón y Napoleón Sebastián Arteaga, se convirtió para la plebe inculta, todavía analfabeta, en una especie de espejismo donde  seria realizada la igualación de las clases sociales,  aun en merecimiento y honores”. Vallenilla  Lanz duda que esas ideas  hayan  tenido mucho que ver en el despertar de las masas y señala que su lectu­ra  de muchos diarios de la época no le ha descubierto la presen­cia de esas consignas, que él llamó demagógicas.

Objetivamente,  las masas siguieron la idea de  la Federación – igualdad, fraternidad -; y si bien es  cierto que aquellas consignas habían sido resultado de sociedades que avanzaban hacia estructuras burguesas, fueron interpretadas y ajustadas a la realidad nacional. La  idea de igualdad debía y podía prender en  una sociedad de grandes desigualdades, frustraciones y engaños. Brito  Figueroa, refiriéndose al programa  de  los revolucionarios  y particularmente a las proclamas  de  Ezequiel Zamora, donde el concepto de igualdad parece conducir a la eliminación  de  clases, sostiene que parece más  bien  inspirado en principios ideológicos más revolucionarios que los de la democra­cia  burguesa.  En ese sentido afirma, “…en Venezuela si se  hacían sentir las ideas del socialismo utópico…..”.

Venezuela  era  una sociedad en la que  apenas  en 1854  ha sido abolida la esclavitud pero la realidad  de  nuestra economía, con un mercado de trabajo estrecho, hizo de los esclavos trabajadores serviles, obligados a seguir sirviendo  a  sus amos. A  todo  esto, habría que agregar el odio  acumulado  en  las masas por la explotación y la discriminación de que eran víctimas los habitantes negros. Por eso ha dicho con justicia Arturo  Uslar Pietri  que  la “Guerra Federal fue una especie  de  frenesí por destruir  los  estamentos de la sociedad y acabar con  todo   que significara justa o injusta jerarquía, desde la riqueza  de  los ricos  y la propiedad de los propietarios, hasta el odio que  los guerrilleros más salvajes proclamaban contra los blancos….”.

En cuanto a las consecuencias, hagamos un análisis ligero

Los sectores populares vieron frustradas  sus aspiraciones de introducir cambios en la estructura económica. El movimiento  federal estaba  compuesto, además  de  los  sectores populares,  por terratenientes endeudados,  militares  y otros grupos  que poco se diferenciaban de quienes manejaban  el  poder antes del conflicto bélico. Si  bien  las masas  federales tenían  planteados objetivos revolucionarios, en el sentido que aspiraban  destruir el latifundismo e introducir modificaciones en la  sociedad,  en cambio  los  terratenientes endeudados y militares  que  lograron controlar  el movimiento federal, no tenían sino el propósito  de alcanzar el poder para enriquecerse y para satisfacción personal, como  se  demuestra desde el fin de la guerra con  la firma  del pacto de Coche, mediante el cual se comprometen las facciones  en pugna a compartir el poder sobre la misma base latifundista.

La  guerra federal al no modificar la estructura mantuvo la misma composición de clases de la sociedad venezolana, pero es evidente que las duras jornadas por la igualdad,  dejaron como  resultado la minimización en gran medida – no la desaparición  – de los prejuicios raciales. Sirvió además para enseñar  a las masas una alternativa posible para conquistar sus derechos  y la justicia.

Para  Carlos  Irazàbal, con la guerra  federal  el movimiento conservador quedó herido de muerte. La  ideología  de ese sector político era la preeminente, llena de prejuicios aristocráticos, étnicos, etc., “que impedía la democratización de las relaciones entre los hombres”.


LA GUERRA FEDERAL Y EL LIDERAZGO DE EZEQUIEL ZAMORA


No habrá pobres ni ricos, ni esclavos ni dueños, ni poderosos ni desdeñados, sino hermanos que sin descender la frente se traten bis a bis, de quien a quien”.
Ezequiel Zamora (correspondencia, Barinas, 12/12/1859).



INTRODUCCIÓN

La estructura económica y social existente durante el período colonial no sufrió mayores modificaciones con el proceso de independencia y la instauración de la República. Esta estructura, agroexportadora y monoproductora, estaba basada en la explotación de la mano de obra esclava en las grandes plantaciones cacaoteras, y en la explotación del trabajo de los peones en las haciendas ganaderas. Las relaciones sociales coloniales, incluyendo a la esclavitud, fueron ratificadas con la Constitución de 1830. La oligarquía criolla se valió de los esclavos y mestizos para poder conquistar la guerra de independencia, pero una vez concluida la misma se propuso restablecer el sistema de dominación en el cual ellos debían jugar el papel hegemónico.

Uno de los cambios sociales más significativos se produjo con la incorporación de los caudillos militares a la oligarquía dominante, en su condición de grandes terratenientes y poseedores de buena parte del poder político. El otro cambio fue el duro golpe que sufrió el sistema esclavista durante la independencia, pues pese a que el mismo se mantuvo vigente hasta 1854, la oligarquía nunca pudo restablecer el grado de dominación social que tenía durante la colonia. No obstante, la independencia dejó sin resolver gran parte de las desigualdades sociales que anidaban en la sociedad colonial. Consecuencia de ellos fueron las luchas sociales que estallaron durante la década de 1840, y el posterior desarrollo de la Guerra Federal. La rebelión urbana del pueblo caraqueño manifestado en las acciones del 9 de febrero de 1844 y del 24 de enero de 1848, junto a la insurrección campesina desarrollada en 1846-47 en la zona central del país, reflejaron un descontento que ya estaba implícito en la conspiración de negros y mestizos de Caracas en 1831.

Cuando Ezequiel Zamora proclamó la Federación el 20 de febrero de 1859, volvía a resurgir el ansia igualitaria que el pueblo venezolano había demostrado a través de gestas heroicas de lucha como la de los Comuneros de los Andes en 1781, la de José Leonardo Chirinos en 1795, la de Gual y España en 1797, la de Francisco Javier Pirela en 1799 y las insurrecciones de esclavos en 1812-1814. Zamora significaba el líder al fin encontrado para canalizar todo un deseo de democracia e igualación social que surgió durante el proceso de descomposición de la sociedad colonial.



LA REVOLUCIÓN CAMPESINA


El estallido de la Guerra Federal en 1859 fue más que una lucha por la implantación del sistema federal de gobierno, y se manifestó principalmente como una insurrección campesina que planteaba las mismas aspiraciones de las rebeliones de esclavos en 1812-1814. Su antecedente más inmediato lo constituyó la rebelión campesina de 1846-47, en la cual había tenido destacada participación el mismo Ezequiel Zamora. La guerra federal significó el epílogo de este terremoto social que se desató en el proceso de disolución del sistema colonial español en Venezuela.
Como plantea Armas Chitty,
la Federación completó la guerra de independencia, pues la misma ansia igualitaria que pregonaban los soldados de Zamora, los encarbonados de Espinoza y los llaneros desnudos de Zoilo Medrano puede apreciarse en los mismos llaneros que llevaba Boves al combate”.
O como dijo Vallenilla Lanz :
Zamora, por su gran pericia militar, por su desprendimiento, por su heroísmo, por la dureza de su carácter y por el influjo que tuvo en nuestras masas populares, a nadie más que a Boves puede comparársele...” (1994: 193).
Los objetivos de la insurrección campesina que se desarrolló desde el 20 de febrero de 1859 y que estuvo encabezada por Ezequiel Zamora se referían a la igualación de las clases sociales, el reparto de tierras, supresión de contribuciones, echar del gobierno a los opresores y terminar con la oligarquía. Como bien dice Brito Figueroa, para las masas campesinas ese era el verdadero significado de la palabra Federación (o Feberación, como erróneamente decían los campesinos analfabetos). Se ha argumentado que estos objetivos no aparecen en los programas principales de la Federación, aunque sí aparecen en multitud de cartas, proclamas, alocuciones y órdenes generales de Zamora y de sus más inmediatos colaboradores. Compartimos aquí la opinión de Brito Figueroa, al decir que dichos programas eran producto de acuerdos entre las fracciones del liberalismo, es decir, de acuerdos entre los revolucionarios zamoristas y los conciliadores seguidores de Falcón y Guzmán Blanco; esto explicaría la ausencia de las principales consignas de Zamora en dichos programas (Brito, 1981: 472). Carlos Irazábal establece la misma conclusión:
Para el vasto campo popular, federación estaba muy lejos de ser sólo autonomía provincial. Era igualdad, era tierra, era libertad. Federación era venganza y retaliación. Era estallido anárquico y violento en contra de la opresión ancestral, la secular opresión, la vieja discriminación, cuyas raíces se anclaban en los tiempos coloniales” (Irazábal, 1980:248).
Para Zamora la Federación implicaba una profunda democratización de la sociedad. Sus palabras de febrero de 1859 son muy elocuentes a este respecto: “La Federación encierra en el seno de su poder el remedio de todos los males de la patria. No. No es que los remedia, es que los hará imposibles...Volveremos la espalda, ya para siempre, a las tiranías, a las dictaduras, a todos los disfraces de la detestable autocracia” (Landaeta, 1961: 286). Zamora significó un liderazgo diferente al ejercido por los caudillos tradicionales que surgieron en Venezuela a lo largo del siglo XIX; Zamora representaba los genuinos intereses de las masas campesinas, de los desposeídos, que nuevamente enarbolaban la “guerra social” que había desatado Boves en 1813, con el fin de destruir el poder político y económico de la oligarquía, y construir en cambio una nueva sociedad basada en los principios políticos del liberalismo burgués, cuyo respeto y aplicación estricta, pensaba Zamora, permitirían la felicidad del pueblo.
En la Guerra Federal coexistieron dos intereses en el bando liberal unos, que deseaban promover la constitución de un régimen de libertades formales, democrático burgués, que limitara el poder que hasta el momento había mantenido la oligarquía heredera de los mantuanos de la colonia; este sector estaba integrado en lo fundamental por personajes ilustrados y que pertenecían a sectores sociales poseedores (sobre todo terratenientes), y estaba liderizado por Juan Crisóstomo Falcón y Antonio Guzmán Blanco. Los otros, la mayoría, los campesinos y algunos intelectuales radicalizados, que pregonaban las reivindicaciones igualitarias que permanecían sin cumplirse desde la guerra de independencia; esta era la fracción que encabezaba Ezequiel Zamora.
Los principios liberales de la federación, compartidos por Zamora, pueden analizarse en el pronunciamiento de la ciudad de Barinas, luego que ésta fuera ocupada por las fuerzas militares de Zamora el 18 de mayo de 1859 (Castillo, 1996: 14). En dicho pronunciamiento se establecen como “principios del Gobierno Federal” lo siguiente:
“La abolición de la pena de muerte. Libertad absoluta de la prensa. Libertad de tránsito, de asociación, de representación y de industria. Prohibición perpetua de la esclavitud. Inviolabilidad del domicilio, exceptuando los casos de delitos comunes judicialmente comprobados. Inviolabilidad de la correspondencia y de los escritos privados. Libertad de cultos... Inmunidad de la discusión oral de todas especies. Inviolabilidad de la propiedad. Derecho de residencia a voluntad del ciudadano. Independencia absoluta del Poder Electoral, que ni antes de su ejercicio ni después de él dependa de ninguno de los funcionarios de los demás ramos de la administración. Elección universal, directa y secreta del Presidente de la República, del Vicepresidente, de todos los legisladores, de todos los magistrados de orden político, y de todos los jueces. Creación de la milicia armada nacional. Administración de justicia gratuita en lo secular. Abolición de la prisión por deuda. Derecho de los venezolanos a la asistencia pública en los casos de invalidez o escasez general. Libertad civil y política individual; consciente primero en la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley; y segundo, en la facultad de hacer sin obstáculo todo lo que la ley no haya expresamente calificado de falta o delito. Seguridad individual: prohibición del arresto o prisión sino por causa criminal precedida evidencia de la comisión de un delito, y los indicios vehementes de la culpabilidad” (Landaeta, 1961: 321).
Como se puede ver, son cuestiones fundamentales de la democracia burguesa que aún hoy muchas de ellas no se cumplen en Venezuela. Por ejemplo, lo referido a la elección popular de los jueces, a la gratuidad de la administración de justicia, a la independencia del poder electoral, la seguridad social, etc. El hecho de que haya pasado más de un siglo y aún no se haya ejecutado a plenitud dicho programa democrático burgués, revela fehacientemente el carácter revolucionario de dichas propuestas al ser enarboladas por el movimiento insurreccional campesino que encabezó Zamora.
No compartimos la opinión de Carrera Damas al establecer que el “Programa de Zamora era una mezcla abigarrada de ideas conservadoras con supuestos propósitos revolucionarios populares” (1985:21); y que en contraste, el “Programa de Falcón” expresaba en términos inequívocos la naturaleza del radical cambio sociopolítico que perseguía la federación (p.23). Carrera Damas se limita aquí a valorar las propuestas democrático-burguesas que institucionalizó la federación con la Constitución de 1864 (y que él considera que recoge la “formulación definitiva del proyecto nacional venezolano”, ob.cit., p.27). Al mismo tiempo, sugiere que las propuestas revolucionarias del Programa de Zamora “no eran alcanzables” (idem). Pero olvida considerar que más allá de la lucha por implantar los principios liberales, la Guerra Federal era una lucha contra las clases dominantes, por aniquilar su poder económico y político, objetivo que se puso al alcance de las fuerzas militares de Zamora luego de la batalla de Santa Inés, en diciembre de 1859.
Su inmediata muerte, en enero de 1860, y la inoperante conducción militar de Falcón, que condujo a la vergonzosa derrota de Coplé, el 17 de febrero de 1860, impidieron la inminente y aplastante victoria federal que se había anunciado gracias al genio militar de Zamora en Santa Inés. Esta es la realidad de los hechos, el triunfo de la insurrección campesina era perfectamente realizable, y con él, muchas de sus consignas como la de “horror a la oligarquía”, “igualación social”, y el “imperio de la mayoría”. Es obvio que no podía esperarse la instauración de un régimen democrático popular, inexistente en ese momento en país alguno, en una sociedad agraria como la nuestra. Lo más probable es que el eventual triunfo de Zamora hubiera conducido a la consolidación de una nueva clase dominante, pero el dinamismo que hubiera aportado al desarrollo del país pudo haber sido mucho mayor al que desarrollaron los liberales timoratos como Falcón y Guzmán. Probablemente nuestro desarrollo dependiente y subordinado al imperialismo extranjero hubiera tenido facetas más favorables a los intereses nacionales y populares.
La prematura muerte de Zamora, el 10 de enero de 1860, favoreció que finalmente prevalecieran quienes deseaban un cambio puramente formal, el cual se concretó con la firma del Tratado de Coche, el 24 de abril de 1863. Con este tratado se concretó un simple cambio de opresores en el gobierno, sólo que en lugar de conservadores y constitucionalistas, se proclamaron liberales y federales. Pero la estructura económica, la que constituía el fundamento material de la oligarquía, continuó intacta, y al lado de los viejos apellidos que controlaban la riqueza territorial agraria, monopolizaban el comercio y la usura, comenzaron a figurar apellidos de origen “oscuro” (Brito Figueroa, ob.cit., p.478).
Al igual que en 1814, la muerte del líder que guiaba el movimiento revolucionario de las masas, Ezequiel Zamora, dejó inconclusas las aspiraciones del campesinado. La Federación bajo la conducción de Falcón y Guzmán Blanco terminó siendo una caricatura de lo que originalmente había delineado Zamora. Nuevamente, la ausencia de un sólido liderazgo colectivo que continuara la lucha cercenó las posibilidades de triunfo de los desposeídos. Sobre la personalidad de Zamora, mencionemos aquí la opinión de uno de sus lugartenientes, Emilio Navarro, y hagamos de paso la comparación con los “líderes” actuales de nuestra democracia, en los cuales pareciera cosa común la ausencia total de principios y de ideales de justicia social :
“El General Ezequiel Zamora era un soldado verdadero, valiente,... incapaz de cometer ningún atentado... Era Zamora por lo natural agradable de trato, afable con las familias sin que aspirase de ellas lo más pequeño en su perjuicio; no podía ser indiferente con sus amigos de campaña, los que prestaban servicios de buena fe a la causa de la Federación. Liberal doctrinario, generoso y de buenos sentimientos, acérrimo enemigo de la mentira, odiaba en sumo grado a los ladrones ; cruelmente despreciaba las engañifas ; jamás ofrecía sin cumplir religiosamente ; trataba con marcadas demostraciones de respeto a sus propios enemigos políticos que se distinguiesen por méritos dignos, aunque fuesen sus prisioneros... amigo generoso del débil. En los golpes de la adversidad mostrábase con carácter inflexible, valor, constancia y perseverancia;...conocía en sumo grado a los políticos de Venezuela en sus aspiraciones, a los calculistas y tránsfugas. Consecuente con sus amigos, cualquiera fuese su rango social, sólo a ellos hablaba con franqueza y les daba sus consejos...” (Navarro, 1976: 121-122).
Zamora, con sus acciones, llegó a infundir verdadero terror a la oligarquía. Al ocurrir su muerte, el alivio que sintieron fue tal que Juan Vicente González llegó a escribir: “Bala afortunada. Bendita sea mil veces la mano que la dirigió”. Opiniones así nunca fueron dirigidas en cambio a otros connotados jefes federalistas como Falcón y Guzmán Blanco. La causa era que Zamora no representaba exclusivamente los ideales federales y liberales; principalmente defendía la causa de los desposeídos, su guerra era una guerra contra los poderosos, contra los oligarcas en general, y su objetivo era la igualdad social, objetivo difuso que correspondía al imaginario de la época en una sociedad agraria como la nuestra.
En contraste con la imagen que de Zamora tenían los jefes federales, Juan Crisóstomo Falcón no queda muy bien parado ante la historia. Héctor Mujica dice al respecto: “Es bien claro desde el comienzo que tanto Falcón como Guzmán Blanco representan la conciliación, la posibilidad de un entendimiento con el enemigo” (Mujica, 1982:122). El mismo Emilio Navarro dice sobre él lo siguiente:
“Por el conocimiento que tuve del General Juan Crisóstomo Falcón desde sus primeros días en la política, comprendí que este jefe era sumamente superfluo en la línea política...mi padre, el Coronel Carlos Navarro, como el modesto y sabio José Melitón Toledo andaban en pos de él, evitándole una multitud de flaquezas que diariamente cometía Falcón en Coro, con los enemigos del partido liberal, uniéndoseles en sus complots, ofreciéndoles sus servicios, méritos y prestigios a sus propios enemigos. Sólo con la ambición de figurar representaba este tristísimo papel, que los legítimos liberales trataban de disimular” (ob.cit., p.108).
Es de resaltar que Falcón fue acusado en su momento por una buena parte de los jefes federales de ser el responsable directo de la muerte de Zamora. Brito Figueroa en su obra Tiempo de Ezequiel Zamora asume estas acusaciones, y concluye que Zamora fue asesinado por un espaldero de Falcón, de apellido Morón. Según otro jefe federal, el Coronel Joaquín Rodríguez, afirmaba que Guzmán Blanco, disgustado con Falcón en una ocasión, afirmó que este era responsable directo del asesinato de Zamora. De todo lo anterior se concluye que el triunfo de la Guerra Federal no fue en modo alguno el triunfo de la causa por la que luchaban los campesinos alzados bajo el mando de Zamora. Una vez más, al igual que en la guerra de independencia, las aspiraciones de los desposeídos quedaban inconclusas, y lo más que se alcanzó fue la formalidad de las leyes, situación que, guardando la distancia en el tiempo, se mantuvo en nuestra cuestionada democracia representativa puntofijista, basada en los mismo principios liberales que “defendían” personajes como Guzmán Blanco y Falcón.
La esencia del Tratado de Coche fue la de acabar con la insurrección campesina que amenazaba seriamente la estabilidad de las clases dominantes. A este respecto Carrera Damas, en su afán de defender el proyecto nacional burgués, plantea que
“el Tratado de Coche es un paso coherente en la dirección fundamental seguida por la clase dominante desde 1811-1812, y tal consistía en restablecer y consolidar la estructura del poder interna, desquiciada primero por las guerras de independencia y amenazada luego de definitivo colapso por la Guerra Federal. Fue la conciencia de esta posibilidad inminente lo que condujo a poner término a la contienda”. (Carrera Damas, 1985:27).
Sin embargo, el triunfo de la federación terminó de destruir el complejo material e intelectual de la colonia (Irazábal, 1980:254). Por ser algo más que un enfrentamiento entre poderes y proyectos políticos, la federación tuvo hondas repercusiones sociales, pues las reclamaciones federalistas fueron identificadas con la lucha contra la opresión en sentido global, en lo económico, político y social (Banko, 1996: 191). La federación tuvo una amplia significación para la sociedad venezolana de la época, pues no fue solamente un modelo político para la organización de la República, sino que se convirtió en sinónimo de libertad para los sectores desposeídos. Lo que se inició como un enfrentamiento por el poder político entre dos fracciones de las clases dominantes, se convirtió en una auténtica guerra social contra la opresión de las clases oligárquicas. La Revolución Federal tuvo como una de sus principales consecuencias el consolidar las bases del igualitarismo social que caracteriza a la sociedad venezolana actual (Pérez Arcay, 1977: 166). La derrota militar y política de los godos (derrota que fue sólo parcial) permitió el desarrollo posterior de ese sentimiento igualitarista, aunque en términos socioeconómicos haya surgido una nueva oligarquía dirigente que se apoderó de las tierras y de las instituciones financieras y comerciales. Carlos Irazábal resume así las consecuencias de la guerra federal:
“Pero a pesar de todo la Federación tuvo sus aspectos positivos. El conservatismo quedó herido de muerte... la preeminencia de la oligarquía conservadora implicaba lógicamente que fuese suya la ideología dominante y, como es sabido, estaba saturada de prejuicios aristocráticos, étnicos, etc., que impedían la democratización de las relaciones entre los hombres. La Federación, al violentar esos prejuicios, democratizó las relaciones familiares, las añejas costumbres, los exclusivismos nobiliarios heredados de la Colonia ... en ese período se propagó en la conciencia popular el sentimiento y el espíritu de igualdad ... Ello explica en gran parte los rasgos espirituales de nuestro pueblo : rebelde, igualitario, democrático a pesar de la explotación ... En él están ausentes las manifestaciones conscientes o subconscientes de la inferioridad social que se puede notar en otros pueblos, o en ciertas capas populares de otras naciones...” (Irazábal, 1974:196).
CONCLUSIONES
La obra histórica de Ezequiel Zamora se relaciona directamente con las aspiraciones democráticas y sociales de las grandes mayorías explotadas de Venezuela. Cuestiones como el carácter popular del ejército venezolano, así como el espíritu de igualación social que prevalece entre los venezolanos al margen de toda discriminación clasista o étnica, son en parte el resultado de sus acciones durante la Guerra Federal. Ciertamente su obra no pudo ser completada en su momento, debido a la muerte prematura del General de Hombres Libres. Pero reivindicar su ejemplo sigue siendo necesario en la medida en que aún se plantea en Venezuela la conquista de una verdadera democracia popular, que satisfaga ese deseo igualitario que insurgió en suelo patrio desde hace más de doscientos años.





FUENTES BIBLIOGRAFICAS
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BRITO FIGUEROA, Federico. 1987. Historia económica y social de Venezuela. Tomo IV. UCV. Caracas.
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TROCONIS DE VERACOECHEA, Ermila. 1981. Aspectos generales de la esclavitud en Venezuela. En : Revista Tierra Firme Nº8. Editorial Trópykos. Caracas.

sábado, 12 de febrero de 2011

TRANSFORMACIÓN DE LAS UNIVERSIDADES EN VENEZUELA


La universidad, es un fiel reflejo de la sociedad y como tal debe existir una realimentación, la cual debe darse a través de la participación universitaria con las comunidades. Nutre positivamente el desarrollo de la comunidad, integrando a todos los actores para generar actos de conciencia propias de un trabajo colectivo y pluralista donde se descuelle y solucione la fractura social.


 El crecimiento de la educación universitaria en venezuela, tuvo lugar a partir del derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez e inicio de la llamada era democrática representativa; iniciada en 1958. Para entonces sólo existían la Universidad Central de Venezuela (1721), la Universidad de Los Andes (1810), la Universidad del Zulia (1891-1904 y 1946), la Universidad de Carabobo (1892-1903 y 1958) y la Universidad de Oriente (1958), junto con las privadas, Universidad Católica Andrés Bello y la Universidad Santa María, establecidas en 1953.



EVOLUCIÓN DEL SISTEMA UNIVERSITARIO

 
La Universidad Central de Venezuela (UCV)

Es una de las más grandes e importantes universidades de Venezuela. Su sede principal, la Ciudad Universitaria de Caracas, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en el año 2000. Esta universidad, que es la institución de educación superior más antigua de Venezuela, fue fundada en el año 1721. Para el año 2009, estaba conformada por más de setenta mil estudiantes de pre y postgrado, seis mil profesores, y cerca de ocho mil empleados profesionales, administrativos y obreros, los cuales se agrupan en 9 facultades en Caracas, 2 facultades en Maracay y un núcleo de estudios básicos en Cagua (Estado Aragua), 5 núcleos de estudios universitarios supervisados y 12 estaciones experimentales en diferentes áreas de la República.

Antecedentes

En el siglo XVII tiene lugar en Venezuela, un movimiento cultural y científico que lleva a la fundación del Colegio Seminario de Caracas en 1673, que tenía por nombre oficial Colegio Seminario de Santiago de León de Caracas, bajo la advocación de Santa Rosa de Lima, por lo que se le conoció también como Colegio Santa Rosa. El 22 de diciembre de 1721, mediante Cédula que libra el Rey Felipe V de España se crea la Universidad Real de Caracas con categoría equivalente a la Universidad Real de Santo Domingo y el 18 de diciembre de 1722, mediante Bula Apostólica de Inocencio XIII se convierte en Pontificia y pasa a ser oficialmente bajo el nombre de Universidad Real y Pontificia Universidad de Caracas. 


En un principio se impartían clases de teología, medicina, filosofía y derecho exclusivamente en el idioma latín. Fue denominada "Real y Pontificia" por estar bajo la tutela y protección del Monarca español y del Sumo Pontífice. La nueva universidad se regía por los estatutos de la Universidad Real de Santo Domingo mientras los propios no estaban disponibles, porque eran objeto de elaboración. La sede inicial de la universidad era la capilla del Colegio Seminario Santa Rosa y lo fue hasta 1786, año en el que se traslada al convento de San Francisco. En esta última sede permanece hasta 1953, cuando ocurre el traslado a la Ciudad Universitaria de Caracas. El Convento San Francisco fue objeto de una reparación y se convirtió en el Palacio de las Academias.


Antiguo campus de la UCV en 1911. Actualmente el Palacio de las Academias.

UNIVERSIDAD COLONIAL

Venezuela solamente contó durante el período colonial con un instituto de educación superior: la Universidad de Caracas, establecida en 1721. Ochenta y nueve años después, en 1810 la Junta Superior Gubernativa de Mérida creó la Real Universidad de San Buenaventura de Mérida de los Caballeros, por lo que puede considerarse la primera universidad republicana venezolana y de Hispanoamérica.


         • 1785 “Seminario Mayor de San Buenaventura de Mérida de los Caballeros”
         • 1808 “Universidad de Mérida”
           (Universidad de Los Andes)
         • 1827 “Reforma Estatutaria decretada por el Libertador Simón Bolívar”


La Universidad de Los Andes (ULA)


Es una universidad pública y autónoma ubicada en Los Andes venezolanos con su sede principal y rectorado en la ciudad de Mérida; fundada por el clero como casa de estudios el 29 de marzo de 1785, elevada luego a seminario y finalmente reconocida como Universidad el 21 de septiembre de 1810 bajo decreto expedido por la Junta Gubernativa de la provincia de la Corona Española. Es una de las principales universidades de Venezuela por la cantidad de estudiantes que alberga, por su nivel académico y por sus aportes en investigación que han contribuido al estudio y desarrollo de las ciencias. La universidad tiene como propósito fortalecer la formación integral iniciada en los ciclos de educación primaria y secundaria, además de formar equipos profesionales y técnicos necesarios para el desarrollo y progreso de Venezuela.

La universidad está conformada por 11 facultades repartidas en el Núcleo Mérida (ubicado en la ciudad de Mérida), una extensión universitaria en Tovar y núcleos universitarios localizados en las ciudades de San Cristóbal, Trujillo y El Vigía. Según un reciente estudio bibliométrico del español Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la ULA se ubica en la más alta posición entre las mejores universidades a nivel nacional, y en el puesto número 27 en América Latina.

UNIVERSIDAD REPUBLICANA (1827 – 1936)

Conformada la república en 1830, después de la separación de Venezuela de Colombia, se dio inicio a un proceso de solicitudes para el establecimiento de otras universidades en el país; sin embargo, no sería sino hasta 1891 y 1892 cuando se establecerían la Universidad del Zulia y la Universidad de Carabobo, respectivamente. Las dos primeras instituciones tuvieron su origen en los Colegios Seminarios de Caracas y Mérida; mientras que las dos últimas surgieron a partir de los Colegios Nacionales que funcionaban en Maracaibo y Valencia, sin que existiera una continuidad histórica entre esos institutos, eclesiásticos o seglares, y las referidas universidades. Además de exponerse el proceso de fundación de las mismas, este artículo tiene el propósito de contrastar lo ocurrido con la Universidad de Mérida.


       • 1866 “Modernización producto de la recepción del positivismo”
      • 1897 “Código de Instrucción Publica”, “Se crean, a partir de los Colegios Federales de Primera Categoría de Maracaibo y Valencia, otro grupo de Universidades, cuya vida institucional será efímera ya que serán clausuradas en 1904” y “En Ciudad Bolívar se crea el Instituto Especial de Guayana y al Colegio Federal de Barquisimeto se le faculta para conferir títulos universitarios también hasta 1904”.
        • 1908 y 1935 “La institución Universitaria se ve reducida a su mínimo funcionamiento académico”.
        • 1918 “Reforma de Córdoba”
        • 1928 “Semana del Estudiante, donde se da a conocer la generación política universitaria que será la forjadora y fundadora, de la Venezuela moderna del siglo XX”.

ETAPA DE TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA  (1936 – 1958)

         • 1936 “Instituto Pedagógico Nacional
         • 1946 “Universidad del Zulia”
         • 1958 “Universidad de Carabobo”
         • 1953 “Universidad Santa María y Universidad Católica Andrés Bello”
         • 1957 “Huelga estudiantil en respuesta a los resultados del plebiscito organizado por el gobierno que daba triunfador a Pérez Jiménez”.
       •1958 “Inauguración de la democracia representativa y nuevo tiempo histórico universitario venezolano”.

Es importante destacar, que como consecuencia de auge petrolero de la década del año cincuenta la educación en Venezuela no era considerada como una prioridad para el gobierno, debido a que para la época las necesidades de mano de obra calificada eran solucionadas con la inmigración europea de empleados técnicos y profesionales. Por otra parte, con el levantamiento de la democracia en 1958, nace la autonomía del sector universitario, y el auge de la misma, además, del aumento de la renta petrolera y de la implantación del modelo de sustitución de importaciones, el cual permitió un rápido crecimiento de las instituciones que impartían la educación superior.


LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA

fue establecida en 1891, a partir del Colegio Federal de Primera Categoría, que desde 1883 había sustituido en nombre al Colegio Nacional de la Provincia de Maracaibo. Este había sido creado el 2 de marzo de 1837 por decreto del general José María Carreño, Vicepresidente del Gobierno y encargado del Poder Ejecutivo, como resultado de las gestiones de la Sociedad Amigos del País, presidida por Manuel de Arocha. Su instalación tuvo lugar el 19 de abril de 1839, con el dictado de cursos de filosofía y latín, otorgándose el grado de Bachiller. Por decreto del 27 de marzo de 1854, el gobierno central reglamentó el conferimiento de grados académicos como estudios superiores en Jurisprudencia y en Medicina. El 9 de abril de 1867 se le cambió el nombre por el de Colegio Nacional del Zulia, al modificar la Constitución de 1864 la denominación de Provincia de Maracaibo por la de Estado Soberano del Zulia. El 17 de septiembre de 1881, el presidente Guzmán Blanco decretó que el Colegio Nacional de Maracaibo pasara a la condición de Federal, con la facultad de conferir grados de Bachiller en Ciencias Políticas y en Ciencias Médicas, y el de Licenciados en estas ciencias y en las de Filosóficas e Ingeniería Civil.

Dos años después, el 24 de septiembre de 1883 se le cambió nuevamente su nombre por el de Colegio Federal de Primera Categoría del Estado Falcón y a partir de abril de 1890 se le identificaría como Colegio Federal de Primera Categoría del Estado Zulia, pudiendo ahora otorgar grados de Doctor en aquellas ciencias.  El 29 de mayo de 1891 se dictaría el decreto que convertiría al Colegio Federal, por disposición del Presidente, en la Universidad del Zulia. Esta se instalaría el 11 de septiembre del mismo año. “La Universidad nacía—dice Germán Cardozo Galué—porque así había sido concebida y gestada, estrechamente unida al Zulia y su destino, a sus luchas por la conservación y fortalecimiento de una autonomía que le permitiera al estado, dicho en términos actuales, crecer económica, social y culturalmente.” Entonces se organizaron cuatro Facultades: Ciencias Políticas, Ciencias Eclesiásticas, Ciencias Filosóficas y Ciencias Médicas, con seis cursos de idiomas, dos cursos filosóficos, tres de ciencias médicas, tres de ciencias políticas, uno de ciencias eclesiásticas, uno de pedagogía, uno de historia natural, uno de historia universal y uno de farmacia.

Este último sería el antecedente inmediato del establecimiento de la Facultad de Farmacia en 1894. Aunque se confrontaban algunos problemas, por la desastrosa situación en que se encontraba el viejo edificio de aquel Colegio, para aquel año el número de alumnos que constituían esta etapa inicial era de cuatrocientos y se habían conferido un total de 16 grados con los títulos de bachilleres en ciencias filosóficas y ciencias políticas, además de tres doctores en esa última facultad, uno en ciencias eclesiásticas, seis agrimensores públicos y cinco maestros de instrucción primaria. Tres años más tarde contaba cuatrocientos cuarenta y siete estudiantes y veinticuatro profesores, y se graduaron nueve doctores, veinticinco bachilleres y un agrimensor. Ya para 1901 se otorgaron cuatro grados en ciencias eclesiásticas, dos en ciencias políticas, cuatro en ciencias médicas, tres en farmacia y uno en pedagogía. En dicho año, la universidad contaba con cuatro facultades, una biblioteca y un colegio federal anexo. Durante esos doce años de existencia ejercieron el rectorado los doctores Francisco Ochoa, J. Delgado y Francisco Rincón.

A pesar de los constantes progresos, el 20 de septiembre de 1903, durante el gobierno de Cipriano Castro, se decretó el cierre de la Universidad del Zulia, al considerar el Ejecutivo Nacional que con cuatro universidades (Caracas, Mérida, Zulia y Valencia) se “corría el riesgo de crear a la larga un proletariado intelectual, lo que llevaría a una degeneración del carácter nacional”, pues se consideraba que no había campo de trabajo para “poder sostener decorosamente a tantos médicos, abogados e ingenieros que egresaban de las aulas universitarias.” El citado historiador interpreta lo ocurrido al señalar que “…cuando en 1903, Cipriano Castro ordenó la clausura de la Universidad, los zulianos sintieron que una espesa nube les ocultaba el sol; que privados de su calor vivificante y claridad orientadora las tinieblas invadían todo el territorio del estado; que, por la furia de borrascosos vientos premonitorios de la que constituiría una de las dictaduras más férreas y largas que tendría el país, había sido cerrado violentamente aquel alto ventanal de progreso científico e ilustración humanística que con tanta dificultad se había logrado abrir doce años antes.”


Sin embargo, la universidad zuliana continuó sus actividades hasta septiembre de 1904, otorgando títulos hasta 1908 a través del Colegio Federal de Varones de Maracaibo, instituto que se instaló inmediatamente después de su clausura. Ello determinó que los zulianos buscaran en Mérida y Caracas solucionar el problema de culminar o iniciar su educación superior. Esta situación perduraría hasta que la Junta Revolucionaria de Gobierno reinstaló la universidad zuliana por decreto del 15 de junio de 1946. Esta segunda etapa se inició con las Facultades de Derecho, Medicina e Ingeniería, siendo nombrado Rector el doctor Jesús Enrique Losada, quien había luchado denodadamente por el restablecimiento de LUZ. La necesidad de esa institución era tal que para su reinicio de actividades se inscribieron unos trescientos cincuenta estudiantes.

LA UNIVERSIDAD DE CARABOBO

fue creada en 1892 sobre la base del Colegio Nacional de Carabobo, instituto de enseñanza media-superior establecido en 1833. Siguiendo lo estatuido en el Código de Instrucción Pública de 1843, para 1852 este instituto impartía cursos en las Facultades de Ciencias Políticas, Ciencias Filosóficas, Ciencias Eclesiásticas, Ciencias Médicas y Ciencias Matemáticas, con el conferimiento del grado de Bachiller en dichas ciencias. En 1873, el Ejecutivo Regional solicitó al Gobierno Nacional la conversión del Colegio Nacional en Universidad. La petición no prosperó, pero influyó en la decisión de Antonio Guzmán Blanco de 1874 de establecer en Valencia el Colegio de Primera Categoría de Carabobo con rango universitario. Con las reformas educativas de 1883, ese establecimiento educativo fue elevado a la categoría de Colegio Federal de Carabobo de Primera Categoría, con catorce cátedras y un centenar de alumnos. En 1887 amplió sus estudios con los cursos de latín y griego, francés, inglés y alemán, dibujo topográfico, además de los de ciencias filosóficas, médicas y políticas, de manera que al año siguiente contaba con veintitrés cátedras, doscientos estudiantes, confiriéndose veinticuatro grados en sus diferentes carreras. Con esas características, durante el gobierno de Joaquín Crespo, el 15 de noviembre de 1892, a dicho Colegio se le denominó Universidad de Carabobo.

Así, como señala Iván Hurtado León, “…aunque en el año 1852 se había otorgado autorización para que el Colegio Nacional de Carabobo impartiera cátedras universitarias y confiriera el grado de bachiller en las ciencias que conformaban esas cátedras; y aunque en 1874 el Presidente Guzmán Blanco establece en Valencia el Colegio de Primera Categoría de Carabobo con rango universitario; nuestra Universidad nace cuando el Colegio Federal de Primera Categoría de Carabobo (1892) adquiere rango universitario por decreto del General Joaquín Crespo.”22 Y agrega el citado historiador: “… es una Universidad republicana, hija del país soberano surgido de la desintegración de la Gran Colombia (1830). Han transcurrido desde ese momento 62 años de vida republicana. Ese rasgo brinda un matiz diferente a la relación universidad-sociedad que se va a establecer. No surge en el seno de la sociedad monárquica española, que erige universidades solamente sobre estudios teológicos y religiosos que impartían los seminarios dentro de la más profunda tradición escolástica. Surge en la nueva sociedad republicana, como una unidad civilizadora, influenciada tímidamente, en su concepción educativa, por el pensamiento positivista, el cual entra a Venezuela precisamente a finales del siglo XIX.” 23 Le correspondió al Dr. Alejo Zuloaga poner en funcionamiento a la universidad carabobeña entre 1892 y 1900.

Ocho años en los que la institución alcanza un notable desarrollo, si se le compara con el instituto educativo que le precede: establece su estructura docente, organiza los servicios necesarios para la enseñanza, la dota de gabinetes de anatomía, química, física y meteorología, se enseña ciencias políticas, filosóficas, médicas y eclesiásticas, junto con la geografía, la ingeniería y las matemáticas. Le instala una voluminosa biblioteca y hasta le construye un Paraninfo, lugar para el encuentro de los universitarios, pero también de estos con la sociedad valenciana que anhelaba contar desde hacía muchos años con una verdadera universidad.  Todo eso puede llevarlo adelante aquel Rector gracias al apoyo irrestricto de los presidentes Joaquín Crespo e Ignacio Andrade, pero los vaivenes de la política y de la guerra incidirán en que con el nuevo gobierno, presidido por Cipriano Castro a partir de octubre de 1899, la situación económica no sea favorable a la institución que ya estaba consolidándose. Al Rector Zuloaga le sucederán cuatro autoridades que, por los cambios sucesivos entre 1900 y 1904 (Alejo Machado, Faustino Figueredo Herrera, José Antonio Montiel y Carlos Sanda) y la crisis financiera de la institución, conducirán a la clausura de la Universidad de Carabobo, el 20 de septiembre de 1903, por orden del presidente Castro, por las mismas razones que se había cerrado la Universidad del Zulia.

Nuevamente las Universidades de Caracas y Mérida fueron las receptoras de los estudiantes cursantes que vieron cerrar las puertas de su universidad y de los que aspiraban seguir las distintas carreras que en la misma existían desde 1892. Diversas fueron las gestiones de las fuerzas vivas de Valencia para restablecer su Universidad, pero debió transcurrir más de medio siglo para verse cumplidas aquellas aspiraciones de la sociedad valenciana. De manera que no sería hasta el 21 de marzo de 1958, cuando la Junta de Gobierno, presidida por Wolfgang Larrazábal, decretara la reapertura de la Universidad de Carabobo.

DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA A LA UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL. 1958- 1970.


Una de las primeras acciones que toma la Junta de Gobierno de 1958, presidida por el Contralmirante Wolfang Larrazábal fue la de nombrar una Comisión  Universitaria encabezada por el Dr. Francisco de Venanzi, quien asumió la dirección de la UCV y más tarde se transformó en el primer rector electo, en el siglo XX, por sufragio universal, directo y secreto del Claustro, para el trienio 1958-1963. Esa misma Comisión elaboró un anteproyecto de Ley de Universidades donde se reestablecieron los principios de autonomía y se creaba, como órgano único nacional destinado a coordinar al sector universitario, el Consejo Nacional de Universidades.

Este anteproyecto dio paso al Decreto Ley N° 458, del 5 de diciembre de 1958, sancionado por el Dr. Edgar Sanabria, como Presidente encargado de la República, y con el cual se derogaba la Ley de Universidades del 2 de agosto de 1953. Sin embargo, luego de las elecciones de diciembre, sale electo Rómulo Betancourt en representación del partido Acción Democrática, abriéndose nuevamente un periodo de confrontación con las universidades, especialmente a partir de 1960 cuando la universidad pasa a ser escenario del conflicto político del gobierno con la oposición de izquierda que culmina con la suspensión de las garantías constitucionales. La UCV no sólo fue cerrada en varias oportunidades, sino además, allanado el recinto universitario por tropas del ejercito.

Pero hay un acontecimiento institucional de gran significación por sus efectos posteriores en la organización del sistema universitario nacional, como fue la creación, según Decreto de fecha 6 de diciembre de 1958, de la Universidad de Oriente, puesto que esta nueva Casa de Estudios Superiores nacía bajo el concepto de Universidad Experimental, “la cual no gozaba de la autonomía establecida en la Ley, ni se ajustaba totalmente a la estructura académica tradicional.” Con ello, el subsistema universitario ya dividido en universidades públicas y privadas va a sufrir una subdivisión más, entre universidades públicas autónomas y universidades nacionales experimentales, con autonomía restringida y totalmente dependientes del gobierno a través del Ministerio de Educación.

Así, el grupo de Universidades Autónomas quedará reducido a las siguientes instituciones: Universidad Central de Venezuela, Universidad de los Andes, Universidad del Zulia y Universidad de Carabobo, cuya reapertura se hace posible gracias al Decreto N° 100 de la Junta de Gobierno, con fecha 21 de marzo de 1958. Más tarde, la propia Universidad de Oriente obtendrá su estatuto de universidad autónoma. En consecuencia, en este período aparece un nuevo modelo de universidad, que la Ley de Universidades de 1970 no define, pero que va crecer con el tiempo. Según las fuentes oficiales del CNU, entre 1962 y 2000, este el grupo de Universidades Públicas que crea el Ejecutivo, calificadas como universidades experimentales.

Tabla n° 1
VENEZUELA
UNIVERSIDADES NACIONALES EXPERIMENTALES
1962-2001
NOMBRE DE LA INSTITUCION
FECHA DE FUNDACION
LUGAR
Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado
22-09-1962
Barquisimeto
Universidad Nacional Experimental Simón Bolívar
18-07-1967
Caracas
Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez
25-01-1974
Caracas
Universidad Nacional Experimental del Táchira
01-03-1974
San Cristóbal
Universidad Nacional Experimental de los Llanos Ezequiel Zamora
07-10-1975
Barinas
Universidad Nacional Abierta
27-09-1977
Caracas
Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda
28-07-1977
Coro
Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos

28-07-1977

San Juan de los Morros
Universidad Nacional Experimental Politécnica Antonio José de Sucre(*)
21-02-1979

Barquisimeto

Universidad Nacional Experimental de Guayana
09-03-1982
Puerto Ordáz
Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt
15-03-1982
Cabimas
Universidad Pedagógica Experimental Libertador (**)
28-07-1983
Caracas
Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada Nacional
26-04-1999

Caracas

Universidad Nacional Experimental del Yaracuy
29-01-1999
San Felipe
Universidad Nacional Experimental del Sur de Lago Jesús Semprúm

08-05-2000

Santa Bárbara del Zulia
Universidad Marítima del Caribe
07-07-2001
Catia La Mar


         • 2003 “Universidad Bolivariana de Venezuela”

Fuente: CNU-Secretaria Permanente.
(*) La Universidad Politécnica se crea en a partir de la integración de los antiguos Institutos Politécnicos de Barquisimeto, Caracas y Puerto Ordaz, que pasaron a ser vicerrectorados.
(**) La Universidad Pedagógica se crea en 1983 a partir de la integración de los antiguos Institutos Pedagógicos de Caracas, Barquisimeto, Maracay, Rubio, Maturín, El Mácaro y Siso Martínez del estado Miranda.




UNIVERSIDADES PRIVADAS
  • Universidad Alejandro de Humboldt, UNIHUMBOLDT
  • Universidad Alonso de Ojeda, UNIOJEDA
  • Universidad Arturo Michelena, UAM
  • Universidad Bicentenaria de Aragua, UBA
  • Universidad Católica Andrés Bello, UCAB
  • Universidad Católica Cecilio Acosta, UNICA
  • Universidad Católica del Táchira, UCAT
  • Universidad Católica Santa Rosa, SANTAROSA
  • Universidad de Falcón, UDEFA
  • Universidad de Margarita, UNIMAR
  • Universidad Dr. José Gregorio Hernández
  • Universidad Fermín Toro, UFT
  • Universidad José Antonio Páez, UJAP
  • Universidad Jose Francisco Camacho,UJFC
  • Universidad José María Vargas, UJMV
  • Universidad Metropolitana, UNIMET
  • Universidad Monteávila, UMA
  • Universidad Nororiental Gran Mariscal de Ayacucho, UGMA
  • Universidad Nueva Esparta, UNE
  • Universidad Panamericana del Puerto, UNIPAP
  • Universidad Politécnico Santiago Mariño, IUPSM
  • Universidad Rafael Belloso Chacín, URBE
  • Universidad Rafael Urdaneta, URU
  • Universidad Santa María USM
  • Universidad Tecnológica del Centro, UNITEC
  • Universidad Valle del Momboy, UVM
  • Universidad Yacambú, YACAMBU

INSTITUTOS UNIVERSITARIOS DE TECNOLOGÍA OFICIALES


Todo este grupo de universidades, en su gran mayoría, carece de investigaciones formales y rigurosas sobre sus orígenes históricos y proceso de institucionalización. En muchos casos, hasta sus respectivos archivos históricos no han sido creados o no están en funcionamiento, por lo que este proceso histórico espera la actuación del historiador de la educación para conocer con mayores detalles el desenvolvimiento de la universidad en este periodo tan reciente de nuestra historia republicana. Lo que sigue es la expansión del subsistema, pero en una primera fase, hasta la década de los años 70, con un mayor crecimiento de universidades públicas, mientras que a partir de la década de los 80 el incremento de instituciones privadas ha sido lo más significativo.


UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA 

Creada mediante decreto Presidencial Nº 2.517, de fecha 18 de julio de 2003, dictado por el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, la UBV se erige como una institución de educación superior, como una alternativa al sistema educativo tradicional, al tiempo que da un vuelco a la vinculación de la Universidad con la realidad nacional y latinoamericana.




MISIÓN

La Universidad Bolivariana de Venezuela, en el cumplimiento de su responsabilidad pública, tiene como fines fundamentales:

A. La formación integral de todos los que participan de sus procesos educativos como personas dignas, como profesionales competentes y probos, y como ciudadanos con sentido de país, capaces de contribuir con su desarrollo integral en su dimensiones económica, social, político-democrática, cultural, educativa, territorial e internacional, es decir, con la construcción de una sociedad democrática basada en los valores de justicia social, libertad, solidaridad y reconocimiento de las diferencias culturales e ideo-políticas, indispensables a la convivencia democrática, con la creación y sostenimiento de un Estado social de Derechos y de Justicia, con los procesos de cooperación internacional y con la integración latinoamericana y caribeña.

B. La generación, sistematización y socialización de conocimientos en campos científicos, tecnológicos, sociales y humanísticos y del arte, conjugando los aportes al enriquecimiento de dichos campos desde: nuevas perspectivas epistemológicas; la creación de bienes culturales y simbólicos consustanciales al fortalecimiento de la ciudadanía y de la democracia participativa; el esclarecimiento y soluciones de problemas nacionales y regionales.

C. La proyección vinculada al desarrollo socioeconómico, ambiental, cultural y educativo de las comunidades de su entorno, de la región y del país, contribuyendo a modelar las nuevas prácticas económicas, sociales, políticas, culturales, educativas y comunicacionales que el país requiere, con miras al ejercicio pleno de su soberanía; y promoviendo la participación de organizaciones comunitarias y organismos gubernamentales y no gubernamentales en la formulación y ejecución de proyectos orientados a tal fin.

D. La revitalización, en perspectiva histórica, del pensamiento integracionista latinoamericano, como eje fundamental de las vías de cooperación nacional e internacional en los ámbitos de formación y de generación de conocimientos y su socialización.



EVOLUCIÓN DE LAS TASAS DE MATRICULACIÓN EN LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA


En la evolución matricular de la educación universitaria venezolana se registran transiciones acaecidas a la par de algunas transformaciones normativas y de orden legal. La primera de ellas se remonta al quinquenio 1969-1974, cuando la matrícula registra 22,2% de crecimiento promedio interanual (véase la tabla 2). En 1970 se había dado la reforma parcial de la Ley de Universidades, y con ella la creación de la Oficina Nacional de Planificación del Sector Universitario (OPSU); así mismo, el gobierno adquiría la potestad para crear Universidades Experimentales y Colegios Universitarios sin autonomía institucional. En el año 1973 se da inicio formal al sistema nacional de admisión, cuyo objetivo primordial era la redistribución de la demanda estudiantil entre los institutos de educación superior; posteriormente, en el año 1984, se agregaría el objetivo de la selección de los estudiantes egresados de la educación media; La segunda transición se está dando actualmente, con cifras superiores a cuarenta y cuatro estudiantes por cada mil habitantes y tasas promedio de crecimiento interanual cercanas a 12%. En efecto, la actual tasa de crecimiento es la tercera en magnitud de la serie 1959-2004, comparable a la registrada en los años 1964 y 1969 (véase la tabla 2).


Tabla. N° 2
Evolución de la matrícula de educación superior
1959-2004. Venezuela
Año
Matrícula
educación
superior
Tasa promedio de
crecimiento
interanual
Estudiantes de
educación superior
por cada 1000
habitantes
1959
22 089
--
3,03
1964
40 427
12,8
4,60
1969
70 816
11,9
6,83
1974
193 262
22,2
15,71
1979
298 884
9,1
20,42
1984
383 537
5,1
22,95
1989
542 236
7,2
28,50
1994
597 487
2,0
27,95
1999
656 830
1,9
27,71
2004
1 154 845
11,9
44,20
Fuente: Boletines Estadísticos OPSU. Procesamiento directo CISOR, no oficial.


Para contextualizar lo antes señalado se debe recordar que entre 1999 y 2004 se dio inicio a un conjunto de reformas, las cuales servirán para explicar las aceleradas tasas de crecimiento acaecidas en este período. Estas reformas se resumen en: 1. la creación del Ministerio de Educación Superior (2002) como ente rector de este nivel educativo, con la misión de diseñar, dirigir, coordinar, implantar y evaluar las políticas y planes del Estado en materia de educación superior; 2. El diseño de un conjunto de políticas estructuradas alrededor de un programa llamado Alma Mater, dirigido al mejoramiento de la calidad y la equidad de la educación universitaria; 3. La aplicación de la Prueba de Exploración Vocacional, de carácter voluntario desde el año 2003, hoy día obligatoria para todos los estudiantes del primer año del ciclo diversificado y profesional, que aspiran a ingresar a la educación superior; 4. La creación de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV) y las Aldeas Universitarias, dos programas interrelacionados entre sí bajo la política de la municipalización de la educación superior.


LA MISIÓN ALMA MATER
La Misión Alma Mater enfrenta un grave problema que aqueja nuestra población juvenil (y también adulta): el cupo universitario.
Venimos de una sociedad que despreciaba a la mayoría, a los pobres y eso se manifestaba en políticas, en presupuestos, en la manera de actuar en el poder y este poder excluía a las mayorías de la educación universitaria, que se convirtió en el símbolo del privilegio, de la oportunidad de los poderosos", dijo el Ministro Samuel Moncada y agrega, los gobiernos de la IV República en 15 años crearon una sola universidad, la Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Ahora en 7 años, el Gobierno bolivariano ha creado siete universidades públicas, es decir, por siete ha multiplicado el esfuerzo. El aumento de la matricula universitaria se agudizará en los próximos años a medida que siga creciendo nuestra población y en tanto y en cuanto habrán "oleadas" de graduados de la Misión Rivas.
Por ello el 21 de Noviembre, los estudiantes se dieron cita en la Sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño para acompañar al el lanzamiento de la Misión Alma Mater y en la celebración del Día del Estudiante. El Presidente Chávez fue enfático al decir que esta Misión se traduce en la gran oportunidad que permite contrarrestar, junto a la Misión Sucre, al déficit estructural educativo con la finalidad de acoger a los cientos de miles de estudiantes, que hoy en día sí pueden acceder a la educación superior, gracias a las políticas del Gobierno Bolivariano.

Concretamente, se propone crear 50 nuevas instituciones de educación universitaria. Veinticinco ya existentes, van a convertirse en instituciones de mayor alcance, es decir, los tecnológicos pasarán a ser universidades en donde los estudiantes se formarán con un perfil más profundo. Las 25 casas de estudio restantes se edificarán desde “cero” y tendrán un perfil diferente que permitirá la especialización en ramas importantes para el desarrollo del país (medicina, ciencias básicas, seguridad, administración de desastres, ingeniería, turismo, etc, etc) En definitiva la Misión se plantea dar un salto cualitativo y cuantitativo en la infraestructura universitaria para recibir a los bachilleres que van a egresar de la Misión Ribas y de los Liceos Bolivarianos, que tienen toda la voluntad de ingresar a la educación superior.

¿Porque esta Misión Alma Mater?
Es sencillo, ante el incremento demográfico y las EXITOSAS Misiones Robinson I y II y Rivas una AVALANCHA de jóvenes (y adultos) golpean las puertas de las Universidades.
Las Universidades "autónomas en la década de los 60 aceptaban a TODOS los postulantes a ingresar y se hacía un tremendo esfuerzo en recibirlos a todos, además las Universidades eran el corazón de la rebelión contra el Pacto de Punto Fijo y la dominación del Imperio en nuestro país y en América Latina, con el excepción de Cuba.. Eso fue cambiando paulatinamente a partir del ALLANAMIENTO de la UCV durante el gobierno copeyano de Caldera (con el apoyo de AD y otros grupos políticos) y por la decisión de buena parte de la izquierda de recurrir a la "lucha armada", lo que dejó UN VACÍO ideológico, y de gente, que fue llenado (creo ahora que por un plan bien articulado) por los partidos políticos, principalmente AD y COPEI quienes empezaron a incorporar a sus FICHAS como profesores, empleados y obreros con la excusa del crecimiento de la matricula.
Poco a poco se fue limitando el ingreso, YA EL TITULO DE BACHILLER NO SERVÍA, se inventó la prueba de aptitud académica y luego las pruebas de admisión, paralelamente se recortó el número de puestos para ingresar y SE INSTAURARON políticas discriminatorias como que los hijos/as de profesores, empleados y obreros entraban a las Universidades autónomas hubiesen aprobado Ó NO las "famosas pruebas de admisión" (que además generaron un mercado de cursos, cursitos y demás PÚBLICOS y privados donde se mueve mucho dinero)(esta política discriminatoria ESTÁ VIGENTE AÚN), en detrimento de estudiantes de mayor promedio o de mejor resultado en las famosas "pruebas". Existen además denuncias de tráfico de cupos por grandes sumas de dinero y/o por filiaciones políticas.
Además las Universidades como ya se dijo, con presupuestos GIGANTESCOS, no aumentaron sus "cupos" e instalaron políticas elitistas y nepotistas para esos pocos cupos.Las Universidades Autónomas LAMENTABLEMENTE han traicionado su destino histórico y sus tradiciones (caso UCV) y obviamente serán superadas por el devenir.
 Esa es la razón de la Misión Alma Mater,  la falta de integración de las Universidades Autónomas ante el vendaval social y político que barre el país  hace necesario crear un sistema universitario nuevo, eficiente, de calidad y en eso consiste la Misión. Ya la UNEFA, Institución de prestigio, pasó de 4000 alumnos a más de 300.000 con un presupuesto MUY INFERIOR a una Universidad autónoma que tiene solo 50.000.

LA MISIÓN SUCRE


Nace para romper, por la vía de la Educación Superior, los círculos de exclusión. Su objetivo es incorporar a la universidad, a todos los bachilleres que quieren estudiar, cumpliendo con el derecho a la educación, contenido en el capítulo VI (De los Derechos Culturales y Educativos) de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Los bachilleres que deseen estudiar una carrera universitaria, no tendrán más limitaciones que las derivadas de sus aptitudes, vocación y aspiraciones.

La Misión Sucre es probablemente, la tarea más trascendente en materia de Educación Superior que se ha llevado a cabo en el país. Ésta se realiza ofreciendo elevados estándares de calidad técnica que se vinculan con el compromiso y la solidaridad. El 21 de septiembre del 2003 se realiza un censo en todas las plazas Bolívar del país, el cual arroja la cifra de 470 mil estudiantes excluidos de la educación superior. En el censo, participaron el Comando Táctico Universitario, Federación Bolivariana de Estudiantes, Frente Francisco de Miranda, Instituto Nacional de la Juventud, Alcaldía de Caracas y todas las alcaldías que apoyan el proceso de cambio que vive la nación. El Plan Extraordinario Mariscal Antonio José de Sucre, denominado “Misión Sucre”, tiene por objeto potenciar la sinergia institucional y la participación comunitaria, para garantizar el acceso a la educación universitaria a todos los bachilleres sin cupo y transformar su condición de excluidos del subsistema de educación superior.

En la Misión Sucre se conjuga una visión de justicia social, con el carácter estratégico de la educación superior para el desarrollo humano integral sustentable, la soberanía nacional y la construcción de una sociedad democrática y participativa, para lo cual es indispensable garantizar la participación de la sociedad en la generación, transformación, difusión y aprovechamiento creativo de los saberes y haceres. La Misión Sucre, un programa de inclusión del Ministerio de Educación Superior que fue creado mediante Decreto Presidencial Número 2601, del 8 de septiembre del 2003; se propone municipalizar la educación superior, orientarla hacia las regiones, las localidades, tomando como punto de referencia la cultura específica de las poblaciones con sus necesidades, problemas, acervos, exigencias y potencialidades. El plan educativo se concibe como un proceso de movilización social dirigido a garantizar la participación de todos y todas en la cultura y el conocimiento, a construir ciudadanía, generar comunidades de conocimiento, espacios flexibles y accesibles para el aprendizaje permanente.

Objetivos

El programa de inclusión, busca facilitar la incorporación y prosecución de estudios en la educación superior de todos los bachilleres, en concordancia con los postulados de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Además, se plantea garantizar el acceso a los nuevos bachilleres que egresen de la Misión Ribas; promover la reflexión, discusión, concepción e implantación de un nuevo modelo educativo universitario y formar los ciudadanos profesionales requeridos para el desarrollo en los términos de la Carta Magna. Entre los planes para lograr la incorporación definitiva a la educación superior se encuentra, la cuantificación y caracterización de la población de bachilleres que no han podido estudiar en la universidad.

Por otro lado, el diseño e implantación del Programa de Iniciación Universitaria (PIU) que favorece el tránsito de los bachilleres a la educación superior. El aumento de la matrícula en las instituciones universitarias. La conformación de una red con todas aquellas instituciones y organizaciones que puedan cooperar de manera sustantiva en el desarrollo y consolidación de la Misión Sucre. El desarrollo de currículos que contribuyan e impulsen el Proyecto de Desarrollo Nacional Endógeno y Sostenible también es esencial, pues se pretende propiciar un currículo abierto, flexible, dinámico e innovador que desarrolle e innove planes de estudio, metodologías y recursos para el aprendizaje. Misión Sucre prevé implementar modalidades de formación como: la presencial, la semipresencial, la educación a distancia, la no convencional, y la acreditación de experiencias. En sí, se busca originar estrategias de transformación del Sistema de Educación Superior, con base en el Desarrollo Endógeno y Sostenible, que impacten en lo local, regional y nacional, a la vez que se corrijan las anomalías y desaciertos presentes en este sector educativo (admisión, sesgo social, deserción, calidad de enseñanza, entre otras).

Avances y Logros

Hasta ahora, se han inscrito en diversos programas de formación un total de 296.781 venezolanos en todo el país, 80.297 cuentan con becas del Estado y 7.921 profesores laboran en los distintos programas de estudio. Cabe señalar que a la Misión Sucre, se han incorporado por medio del Programa de Iniciación Universitaria (PIU), 182 estudiantes del estado de Roraima y Brasil, específicamente de los municipios de Boa Vista y Pacaraima, además de dos estudiantes de Perú, sumando un total de 184 estudiantes extranjeros formando parte del plan educativo en la región. 475.656 bachilleres venezolanos están censados hasta septiembre de este año; desde noviembre del 2003, 395.180 estudian en el Programa de Iniciación Universitaria (PIU), 296.781 están inscritos en los programas de formación. En la actualidad, 316.097 estudiantes finalizaron el PIU, existen 93.437 bachilleres, 586 coordinadores, 3.237 facilitadores, 1.118 obreros, 1.956 profesores y 1.719 ambientes en el Programa de Iniciación Universitaria. Con respecto a las becas, existen 79 % activas, 3 % en revisión y 18 % retiradas.

Fuente: Ministerio de Comunicación e Información


¿Qué es la Municipalización y cuando inicia en el país?



La Municipalización de la educación universitaria se inició en el año 2003 con la creación de la Misión Sucre, ¿Municipalización? significa en lo práctico hacer núcleos académicos en cada municipio del país;  un concepto y una modalidad novedosa por el reto logístico que significa. Esta modalidad ha dado resultados y hoy en día se empiezan a ver los frutos con la graduación de muchas personas que se insertarán al aparato productivo del país.






TRANSFORMACIÓN UNIVERSITARIA

La problemática de la educación universitaria, en el contexto de las exigencias que plantea la nueva realidad del siglo XXI, ha sido objeto de un amplio y reciente debate a nivel internacional, bajo la coordinación y auspicio de la UNESCO, cuyas ideas fundamentales han sido recogidas en la “Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el Siglo XXI: Visión y Acción”, aprobada en la Conferencia Mundial sobre Educación Superior realizada en París (UNESCO, Octubre, 1998).

LA UNIVERSIDAD VENEZOLANA HOY

La universidad venezolana de finales del siglo XX y comienzo del XXI, enfrenta dos tipos de situaciones que están íntimamente relacionadas; en primer lugar, están los problemas internos tradicionales, asociados con la gobernabilidad institucional, la democratización del acceso a la universidad, el desempeño del profesorado, la calidad y pertinencia del egresado, el desarrollo de la investigación, la pertinencia de la extensión y la eficiencia administrativa. En segundo término, están un conjunto de factores externos que plantean nuevos retos a la universidad; ellos son: la globalización económica, la sociedad del conocimiento y la revolución de la información y la comunicación.

LOS PROBLEMAS TRADICIONALES DE LA UNIVERSIDAD

La Gobernabilidad Universitaria

La gobernabilidad en la universidad puede ser entendida como la percepción que tiene el colectivo sobre la pertinencia y convergencia de las acciones y decisiones instrumentadas por los sectores de poder, legítimamente constituidos, en dirección al logro de la misión institucional, de acuerdo con las expectativas de la comunidad interna y de la sociedad en general. Algunos autores han identificado las siguientes dimensiones de este constructo: eficiencia, co-gobierno, eficacia y autonomía (ver Pérez de Roberti, 2001).

La gobernabilidad es una variable discreta que puede ser expresada en tres niveles o categorías (bajo, moderado y alto). Un nivel bajo de gobernabilidad supondría una gran anarquía entre los actores institucionales para la toma de decisiones, desobediencia a la normativa legal vigente, logro parcial de la misión y con bajo nivel de calidad e insatisfacción de las expectativas por parte de la comunidad. Por el contrario, un alto nivel de gobernabilidad implicaría consenso entre los actores para instrumentar las acciones y decisiones, respeto a la normativa vigente, logro de la misión institucional con calidad y alta satisfacción de las expectativas de la comunidad. Finalmente un nivel moderado de gobernabilidad implicaría situaciones intermedias entre los dos extremos antes mencionados.  Pérez de Roberti considera que existen tres tipos de factores asociados con los conflictos de gobernabilidad en las universidades nacionales, a saber: (a) factores intra-universitarios, representados por los grupos de poder, de presión o de interés interno, redefinición del marco legal de la autonomía y adecuación de la normativa legal a los tiempos actuales; (b) factores derivados de la relación interinstitucional, tales como los conflictos de carácter sindical de alcance nacional; y (c) factores externos, como son: los conflictos con el gobierno central, en relación con los ajustes salariales. Ella encontró en su estudio que, en el caso particular de la UCLA, existe un nivel de gobernabilidad moderada o aceptable.

No existen datos evaluativos confiables que nos permitan clasificar las universidades nacionales en función de sus niveles de gobernabilidad; no obstante, apreciamos bastante heterogeneidad al respecto. Es posible que la situación de la UCLA represente un caso modal en el contexto de las universidades nacionales, ya que se sabe que muchos de los factores asociados con los conflictos de gobernabilidad que se presentan en esta institución, también están presentes, en mayor o menor grado, en el resto de las universidades nacionales.

Democratización del Acceso a la Universidad

A partir de la década de los años 60, se observa un acentuado crecimiento de la matrícula universitaria, en el contexto de una política de ampliación de oportunidades educativas extensivas a todos los estratos de la población, lo cual respondía, por una parte, a la exigencias de consolidación de un nuevo proyecto político de carácter democrático representativo y, por la otra, a la reorientación de la estrategia económica en el marco del proceso de modernización del país (Hung y Gamus, 1988). Sin embargo, se observa, especialmente, a partir de la década de los años 70, que esta tendencia creciente de la demanda de educación superior ha continuado aumentado considerablemente, muy por encima de la oferta, hasta llegar a generar la crisis recurrente del cupo universitario que se aprecia anualmente en el país. Da la impresión que ha existido poco interés en los gobiernos de turno y en el sistema universitario mismo para ofrecer una solución adecuada y definitiva al problema.

Desempeño Docente del Profesorado

Como se desprende de la evolución histórica de la universidad venezolana, el énfasis fundamental de la acción universitaria ha estado primordialmente centrado en la actividad docente orientada hacia la formación de recursos humanos profesionales, cuyos niveles de calidad y pertinencia social son variables, de acuerdo con el tipo de universidad y carrera.
Algunos de los problemas que se observan en el desarrollo de la función docente, en la mayoría de las universidades públicas, son:

(a) En el ingreso del personal: no siempre seleccionan los mejores profesionales para el ejercicio de la docencia, ya que en muchos casos los criterios no-académicos pesan más, en el momento de la decisión del jurado, que los requerimientos formales exigidos por la normativa universitaria.
(b) La falta de programas de formación continua, especialmente en campo pedagógico, lo que trae como consecuencia un exagerado énfasis en la enseñanza tradicional, centrada en el profesor como fuente del conocimiento; también ello se refleja en los métodos de evaluación, los cuales parecieran estar más orientados a aplazar al estudiante que a determinar lo que éste realmente ha aprendido y a identificar sus posibles problemas en el proceso de aprendizaje.
(c) Falta de transparencia en el proceso de ascenso del personal docente: en muchos casos este proceso es viciado y de antemano se sabe si el postulante ascenderá o no, dependiendo de sus conexiones con los grupos de poder en la universidad.
(d) Falta de un programa de evaluación, que permita determinar la calidad del desempeño del profesor, así como sus necesidades de capacitación. El resultado de la evaluación docente podría servir como criterio para tomar decisiones sobre la remuneración diferencial del profesorado, diseñar programas de capacitación, para el mejoramiento continuo del personal docente o para excluir de la universidad a aquellos docentes incompetentes.

Calidad y Pertinencia del Egresado

El perfil del egresado de la universidad venezolana varía en calidad y pertinencia dependiendo del tipo de universidad y del área del conocimiento del que se trate. Hay universidades cuyos egresados son altamente demandados en el contexto nacional e internacional en carreras de corte tecnológico (ingeniería electrónica, de computación, de telecomunicaciones), lo cual habla por sí mismo de los niveles de calidad y pertinencia del egresado. No obstante, esa no pareciera ser la situación en que están la mayoría de las universidades. Antes, por el contrario, la impresión que se tiene es que el nivel de calidad es moderado con tendencia a deficiente y en muchas oportunidades con limitada o ninguna pertinencia social. En el caso de los egresados en Educación, por ejemplo, se sabe que un alto porcentaje de ellos tienen serias deficiencias en el dominio de las herramientas básicas de la cultura, como son la comprensión de lectura y expresión oral y escrita. Esta situación reviste una altísima gravedad, por el efecto exponencial que tiene, si tomamos en cuenta que son estos profesionales quienes tendrán en sus manos la formación básica de los niños venezolanos del presente.

NECESIDAD DE UNA TRANSFORMACIÓN UNIVERSITARIA

Ante la situación que hemos venido describiendo en este trabajo, la pregunta obligada es ¿Qué debería hacer la universidad para enfrentar con éxito los nuevos retos que plantea la realidad económica, social, política y científico-tecnológica del siglo XXI? Y la respuesta, casi obligada es: la universidad debe cambiar, si quiere sobrevivir. Sobre esta aseveración existe un consenso casi universal, como se desprende de las diferentes consultas internacionales realizadas por la UNESCO (1998) con relación a este tema. Pero, cuál es el tipo de cambio que debería adoptar la universidad. Al respecto, se podrían analizar dos posibles escenarios: uno, referido a cambios, simples y superficiales (o cosméticos), donde se mueven cosas para que todo quede igual; y dos, cambios sustantivos y profundos, conducentes a una verdadera transformación de las estructuras universitarias, en función de una revisión actualizada y actualizable de la visión y la misión institucional.

Escenario 1: Cambios  superficiales.

En esta perspectiva se podría anticipar que la universidad adoptaría algunos de los siguientes procedimientos, decisiones y acciones: se sometería a un largo proceso de auto-evaluación para tomar decisiones sobre cambios que son obvios, por ejemplo, mejorar la planta física, actualizar los planes de estudio de las carreras, diseñar nuevas carreras, mejorar el desempeño de los docentes, mejorar la infraestructura académica, actualizar la normativa interna, mejorar la gestión gerencial y la eficiencia del gasto, entre otros.

Escenario 2: Cambios estructurales.

En esta segunda hipótesis se aspira que la universidad se someta a un proceso de cambio planeado, con una visión de largo aliento, pero con objetivos y metas de corto y mediano plazo. Esto supone poner en marcha un verdadero proceso de reingeniería, en procura de:

(a) transformar su cultura organizacional (valores, creencias, actitudes, comportamientos); (b) incorporar progresivamente el recurso de las NTIC a las diferentes actividades de la universidad (docencia de pre y postgrado, investigación, extensión y educación continua, gestión administrativa); (c) adoptar enfoques instruccionales novedosos, con énfasis en el desarrollo de competencias profesionales, habilidades para la resolución de problemas y para el aprendizaje permanente; (d) utilizar el enfoque de programas y proyectos, como estrategia de desarrollo organizacional; (e) enfatizar el desarrollo de la función de la investigación en áreas estratégicas para el desarrollo regional y nacional con un enfoque multidisciplinario y en cooperación con otras instituciones académicas y del sector productivo; (f) mantener un programa de mejoramiento permanente de la calidad del personal académico; (g) implantar un sistema de evaluación institucional que permita monitorear y controlar la calidad de los procesos académico-administrativos a fin de tomar decisiones pertinentes y oportunas.

En este segundo escenario se espera que la universidad haga un gran esfuerzo por apoyar su gestión al máximo en el uso de las NTIC en un enfoque virtual. En el contexto de la educación superior, Silvio (2000) considera que la virtualización puede ser entendida como la representación de procesos y objetos asociados a actividades de enseñanza y aprendizaje, investigación, extensión y gestión, así como objetos cuya manipulación permite al usuario realizar diversas operaciones a través de INTERNET, tales como aprender mediante la interacción con cursos electrónicos, inscribirse en un curso, consultar documentos en una biblioteca electrónica, comunicarse con estudiantes, profesores y otros.

No obstante lo anterior, es importante tener presente que, más allá del aspecto tecnológico, la fundamentación de la transformación universitaria, depende básicamente de: (a) la visión compartida que tengan los miembros de la comunidad académica acerca de un nuevo modelo universitario que responda a las expectativas de cambio a que aspira dicha comunicad, así como la sociedad global; (b) el compromiso para su instrumentación, asumido por los diferentes actores institucionales, orientados por genuinos valores académicos; y (c) las acciones estratégicas emprendidas por el liderazgo universitario, como responsable de guiar el proceso de transformación.


Carlos Ruiz Bolívar. Profesor Universidad Pedagógica Experimental Libertador-Instituto Pedagógico de Barquisimeto. (UPEL-IPB)

 

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

-Canestrari, M. 2001. Reflexiones sobre la transformación de la UCV. Revista Debate Abierto, Año V, Vol. IV.

-Cassen, B. 1997. Para salvar la sociedad. Revista Umbral, 17.

-De Venanzi, F. 1987. Investigación y docencia en la universidad. Interciencia, 12 (5), 221-225.

-Drucker, P. F. 1999. Los desafíos de la gerencia para el siglo XXI. Norma. Bogotá.

-Drucker, P. F. 1994. La sociedad postcapitalista. Norma. Bogotá (Colombia).

-Fernández Aballí, I. 2000. La sociedad de la información en América Latina y el Caribe. Contribución a una perspectiva 2020. En C. Tünnermann y F. López. La educación en el horizonte del siglo XXI. IESALC/UNESCO. Caracas.

-Hung, L., y Gamus, E. 1988. Educación superior y mercado de trabajo en el sector industrial venezolano. UCV-CENDES. Mimeo.

-Lemasson, J. P., y Chiappe, M. 1999. La investigación universitaria en América Latina. IESALC / UNESCO.Caracas.

-Ley de Universidades. 1970. Gaceta Oficial de la República de Venezuela, 1.429 (Extraordinario). Septiembre 8. Caracas.

 
-Pérez de Roberti, R. 2001. Gobernabilidad en las universidades nacionales: Caso Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado. Tesis de grado no publicada, presentada a la Universidad Pedagógica Experimental Libertador para optar al grado de Doctor en Educación. Barquisimeto.

-Ruiz Bolívar, C. 2000. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en la concepción de una pedagogía alternativa para la educación superior. Conferencia invitada presentada en el Congreso Internacional de Pedagogía Alternativa. UPEL-IPB. Barquisimeto.

-Samil, J. 2001. Transformaciones y desafíos globales que enfrenta la educación superior en las puertas del siglo XXI. Ponencia en el Foro: La universidad ante el siglo XXI. Universidad Metropolitana. Caracas.

-Silvio, J. 2000. La virtualización de la universidad. IESALC / UNESCO. Caracas.