lunes, 30 de enero de 2012

Reforma Agraria en América Latina




Para comprender adecuadamente la problemática, los antecedentes y los procesos que se exponen, es necesario abordar en primera instancia los conceptos que se encuentran involucrados y entenderlos dentro del contexto en que se desarrollan.

Reforma “del latín re-formare (volver a formar). Múltiples son los usos de este término...En política es, cambio no sustancial de un régimen político, es decir, corregir algunas situaciones concretas, pero que no perturban el orden establecido... En este sentido se entienden las expresiones de reforma agraria, constitucional o universitaria.” (Blázquez, 1997).
María del Pilar Conzuelo plantea que “en general podemos afirmar que cualquier fracaso de Reforma nos remite necesariamente a aspectos tales como educación, ajuste, mejoramiento, transformación, innovación, perfeccionamiento, y estos son válidos si se aplican al Estado o a la Administración Pública, con la condición de que los mismos sean deliberados direccionados en su velocidad y alcance (no violentos) y con cierta planeación y gradualidad en su aplicación, con lo que pretendemos deslindarlos de conceptos como la revolución o el simple cambio relativo a situaciones de coyuntura”. (1999)

Con respecto a lo agrario, se puede vincular a toda actividad relacionada con la tierra. Así Reforma Agraria se entiende como “el conjunto de medidas políticas, económicas, sociales y legislativas, cuyo fin es modificar la estructura y producción de la tierra (Wikipedia 2007), Otra definición similar establece que “es un proceso mediante el cual se aplica un conjunto de medidas económicas y políticas, con el objetivo de cambiar deforma gradual, ordenada e integral la estructura agraria, en sus aspectos económicos, social, cultural y político para lograr el desarrollo integral.” (CONAIE 2001)

Según el peruano Hugo Blanco Galdós, “Reforma Agraria abarca no sólo a la redistribución de la tierra que es su principal aspecto, sino a la capacitación agropecuaria, al asesoramiento técnico, al apoyo en la comercialización, a las facilidades crediticias a las facilidades para la comercialización, etc. En pocas palabras, impulsar el desarrollo integral del sector agropecuario que es responsable de la subsistencia de la población, de la misma existencia de ella.” (2006)



Reforma Agraria en América Latina

Desde la conquista ibérica la historia latinoamericana ha estado marcada por la disputa de la tierra, en principio, millones de indígenas luchan en defensa de sus tierras, con el tiempo los sectores de la burguesía criolla chocan entre si por el control de las mejores tierras, y en el Siglo XX la inversión del capital monopólico extranjero motiva como respuesta la nacionalización de las tierras al fin y al cabo los latifundios eran en general los que dominaban la economía rural del continente, y los campesinos sin tierras constituían el grupo más desvalido de sus respectivas sociedades. La perspectiva de desbaratar el poder político de los terratenientes prestaba el ímpetu a los reformadores para instaurar es proceso de reforma de la redistribución de la tierra en América latina.

Los proyectos de reforma agraria esbozados en el siglo 19 e implementados en el presente, constituyen que la cuestión de la reforma agraria ha estado en el centro del conflicto social latinoamericano.

La historia nos presenta que el tema de la reforma agraria y la lucha por su institucionalidad no es un tema de los últimos siglos. En plena república romana el tribuno de plebe Tiberio Gracco viendo las condiciones del campesinado de la península itálica, que derivaron de las guerras púnicas ideó el primer proyecto para institucionalizar la reforma agraria en la República y terminar con el clasista sistema de latifundio en esta sociedad. Desde la mitad del siglo XIX hasta la primera mitad del sigo XX el sistema de posesión de la tierra heredado de la época colonial era predominante, el sistema de hacienda o latifundio se había expandido por toda América latina. “La primera ley de reforma agraria fue promulgada por Simón Bolívar después de la batalla de ayacucho que sellaría la independencia del Alto Perú” (IAN, 2001) no obstante “esta repartición sólo fue para el ejercito, quien según él era el pueblo, quien lo acompaño en su emancipación latinoamericana” (Pinto, 2005) frente al imperio español. A pesar de lo anterior el latifundio, valga la redundancia, siguió siendo el sistema predominante en América latina, hasta los hechos sucedidos a comienzos de siglo, en 1910, en México donde el proceso revolucionario, que tenia como una de sus bases la reforma agraria, rompe con el esquema latifundista predominante.

México

La reforma tuvo su origen en una revolución popular de gran envergadura, y se desarrolló durante una guerra civil. El Plan de Ayala, propuesto por Emiliano Zapata y adoptado en 1911, exigía la devolución a los pueblos de las tierras que habían sido concentradas en las haciendas. En 1915 las tres fuerzas revolucionarias más importantes, el constitucionalismo, el villismo y el zapatismo, promulgaron las leyes agrarias. la constitución de 1917 incluyó el reparto de tierras en su artículo 27. Desde entonces, el reparto de tierras fue mandato constitucional y política del Estado mexicano.


Entre 1940 y 1965 el crecimiento de la producción agropecuaria superó al crecimiento de la población nacional debido a la incorporación al cultivo y al uso agropecuario de las tierras que habían sido repartidas. Las tierras aptas para el cultivo fueron escaseando y cada vez daban rendimientos más bajos Entre 1964 y 1970, el Gobierno realizó un esfuerzo postrero para completar el reparto de las tierras del sector agrario. Sin embargo, el carácter autoritario de las políticas, la burocracia y la falta de alternativas para la población rural impidieron que los campesinos y otras fuerzas sociales adoptasen los planes propuestos. Se ofreció nuevamente al sector agrario la continuación del reparto de las tierras, a pesar de que comenzaba a ser manifiesto que la política de redistribución de tierras había sido ineficaz para alcanzar la justicia y el bienestar, y que, por el contrario, había agudizado los conflictos políticos agrarios, la incertidumbre y la precariedad. La falta de financiamiento ha sido uno de los problemas que ha entorpecido la formación de un mercado de tierras. El sistema de apoyos y subsidios públicos al sector rural, la otra faz de la reforma, quedó a medio camino entre la inercia y la reforma. En la misma situación quedó la reforma institucional. La reforma constitucional creó instituciones como los Tribunales Agrarios, la Procuraduría Agraria y el Registro Agrario Nacional, pero al igual que en la mayoría de las instituciones de promoción y fomento, las inercias persistieron. 

El sistema de financiamiento público rural, que técnicamente estaba en quiebra, fue desmantelado para ser reorganizado posteriormente; este proceso aún no ha culminado. El aparato institucional y su burocracia no han seguido el ritmo de las nuevas normas legales ni se han adaptado al espíritu de la reforma. Persiste un centralismo de carácter autoritario y paternalista (Warman 2002)

La Revolución Mexicana fue un ejemplo para el campesinado latinoamericano, demostró que los campesinos organizados podían derribar este sistema, es así es como este espíritu revolucionario en el campo llegaría a Bolivia bajo el gobierno de Víctor Paz Estensoro, en 1954, luego en Guatemala con Jacobo Arbenz Guzmán.

En Perú en 1968 bajo el régimen militar izquierdista en consecuencia de la revolución de las fuerzas armadas al mando de Juan Velasco Alvarado, se comienza la readecuación de las estructuras agrarias en ese país (Wikipedia 2007)
Pero lo que haría estallar la revuelta del campesinado latinoamericano se gestaría en la revolución cubana de 1959, que expandiría el pensamiento Marxista - Leninista más a fondo por lo campos de Latinoamérica.

Cuba

Con una economía basada en la agricultura exportadora, tras la independencia de España la posesión de la tierra en Cuba fue por siglos el eje de la existencia de la nación, un fenómeno común en América Latina, agudizado por la voracidad de monopolios extranjeros y los terratenientes locales, autores de un mal enraizado y condenado en múltiples ocasiones a lo largo de las más de cinco décadas de vida republicana: el latifundio. La Ley de Reforma Agraria era, en 1959, una necesidad impostergable, cuyo antecedente inmediato estaba en la orden firmada el 10 de octubre de 1958 por la Comandancia del Ejército Rebelde, destinada al reparto de tierras a los precaristas, arrendatarios y parceleros en las zonas liberadas. 

El principal oponente fue el gobierno norteamericano, porque una Ley de Reforma Agraria modificaba considerablemente todo el sistema de relaciones económicas en Cuba, especialmente su condición como exportador al mercado norteamericano, además de repetir la osadía cometida cinco años antes por el gobierno de Jacobo Arbenz en Guatemala. A partir del 17 de mayo de 1959, las tensiones entre la Cuba revolucionaria y el prepotente gobierno norteamericano irían en aumento y la primera Ley de Reforma Agraria se convertiría, en motor de un proceso de transformaciones que definirían más rápidamente el futuro y la historia de esta Isla.(Manso 2000)

Primera Ley de Reforma Agraria. Se firmó un 17 de mayo de 1959 en La Plata, en el mismo corazón de la Sierra Maestra. Eliminó para siempre la explotación cruel y enajenante del campesinado cubano; el que hasta ese entonces había estado condenado a vivir en el camino real con el acoso perenne de la guardia rural, esta ley le decía adiós al latifundio cuando nacionaliza todas las propiedades de más de 420 hectáreas de extensión y entrega la propiedad de la tierra a decenas de miles de campesinos.
La Segunda Ley de Reforma Agraria, únicamente permitió mantener 66 hectáreas como máximo y fue indudablemente el segundo golpe demoledor a la burguesía agraria (González 2002)


En 1976 se crea el Ministerio de la Agricultura (MINAG) como continuador en el marco institucional del INRA (Instituto Nacional de Reforma Agraria) donde su misión es garantizar la seguridad alimentaria del país, el desarrollo sostenible y la competitividad en la esfera internacional del sector agropecuario, en beneficio de la sociedad cubana El Ministerio de Agricultura logra satisfacer en más del 60% el aporte a la seguridad alimentaria del país; logra ingresos a partir de la comercialización del orden de los 1000 millones de USD; es una organización eficiente, competitiva y sostenible y todas sus entidades han desarrollado el proceso de perfeccionamiento empresarial.

Ha institucionalizado el sistema de planificación, seguimiento y evaluación así como el sistema de información gerencial y desarrolla la gerencia por proyectos, derivados de su Plan Estratégico. (Gobierno de Cuba 2005)

Estados Unidos y la Alianza para el progreso

El escenario de bipolaridad mundial a partir de la guerra fría, hizo que Estados Unidos viendo el escenario de la revolución cubana, que tuvo gran significado para Latinoamérica en el tema de la reforma agraria y en búsqueda de el socialismo, impulsara la Alianza para el Progreso, ésta fue un programa para el desarrollo socioeconómico de Latinoamérica que preveía un plan de carácter decenal y fue aprobado por la Organización de Estados Americanos (excepto Cuba) el 17 de agosto de 1961, en la conferencia que tuvo lugar en Punta del Este (Uruguay), a instancias del presidente estadounidense John Fitzgerald Kennedy. El hecho de que Cuba no firmara finalmente el acuerdo fue motivado por la esencia del mismo, que pretendía fundamentalmente evitar la extensión de los principios políticos que pudiera aportar al resto de Latinoamérica la triunfante Revolución Cubana liderada por Fidel Castro. 

El plan, diseñado para el periodo comprendido entre 1961 y 1970, buscaba la cooperación y ayuda mutua de los estados firmantes, el refuerzo de sus comportamientos democráticos y la redistribución justa de la riqueza obtenida con la inyección económica que procuraría la inversión de los 20.000 millones de dólares previstos. El fracaso de la Alianza estuvo en relación con la falta de realización de las necesarias reformas agrarias y fiscales de los países así como en la propia dirección de la política exterior estadounidense, que suspendió determinadas ayudas y abusó del intervencionismo en algunos estados. (Planeta Sedna 2003)


Nuevo contexto económico mundial: El Neoliberalismo

El neoliberalismo puede ser considerado como teoría económica, como utopía, como ética o como filosofía del ser humano. En realidad es una filosofía que se presenta en forma de teoría económica, cargada con todo el valor científico que el mundo actual atribuye a la economía. Es una utopía, pero una utopía que pretende tener bases en la ciencia pura. De este modo, pretende entregar una visión completa del ser humano, e incluso, una ética. (Comblin 2000)

Más objetivamente el neoliberalismo es una doctrina filosófica que tiene ramificaciones en todos los campos de las ciencias sociales. Los neoliberales se dedican a ensalzar la competencia capitalista, afirmando que el mecanismo de esta última garantiza automáticamente las mejores condiciones para la evolución de las fuerzas productivas. La argumentación del Neoliberalismo es que la libre competencia es el estado ideal de la economía, pero no siempre puede ponerse en vigor, porque los monopolios la contrarrestan. Esta reacción puede ser superada y la libre competencia puede ser restablecida tan sólo aplicando una serie de medidas de política económica.

La teoría de los neoliberales se basa, en forma enmascarada, en la idea del papel decisivo del Estado en la economía, es decir, el rol del Estado debe ser el de promover la libre competencia.

Con el Neoliberalismo disminuyó el proceso de reforma agraria no ha sido tan importante para los gobiernos dedicarse a resolver esta situación sin embargo esto refleja que este modelo económico en sus estructuras no tiene como principio este proceso por tal se hace muy difícil generar una institucionalización de la reforma, es decir estas reformas en un contexto neoliberal no son el requerimiento de lo que el campesinado desea, sino que son ineficientes y no legitimadas por el campesinado latinoamericano. Sin embargo podemos apreciar que en el marco de la transmisión al socialismo que vive Venezuela este proceso de reforma agraria que se aprobó hace muy poco tiempo puede dar garantía de que para que la reforma agraria sea efectivamente institucionalizada necesita un marco ideológico predominante que en sus principios tenga este proceso y genere leyes para que se cumpla y sea legitimada por la población, y así poder comprobar nuestra hipótesis planteada en nuestra investigación con respecto a la institucionalización de la reforma agraria en Latinoamérica.

Venezuela y la actual reforma agraria

Con la importante legitimidad obtenida en las urnas en las elecciones revocatorias del 15 de agosto del 2004, el Gobierno venezolano liderado por Hugo Chavez comenzó el 2005 profundizando la reforma agraria que intenta implementar desde el año 2001. El 10 de enero el presidente de Venezuela firmó el “decreto para la reorganización de la tenencia y uso de la tierra con vocación agrícola” a partir del cual los campesinos pobres podrán acceder a tierras productivas propiedad de latifundistas que se encuentran sin cultivar.
Con esta medida el gobierno no hace más que ordenar la ejecución de la Ley de Tierras, que tiene una base legal desde el 2001, y ha sido fuertemente resistida.

Una comisión agraria integrada por altos funcionarios del Estado revisará la situación de las tierras y llevará a cabo el reparto de las “tierras ociosas”. Como está expresado en el artículo 2 del decreto la “comisión estará presidida por el Ministro de Agricultura y Tierras”, y conformada, entre otros funcionarios “por los Ministros de la Economía Popular, del Ambiente y de los Recursos Naturales, la Procuradora General de la República, el Presidente del Instituto Nacional de Tierras” y gobernadores representantes de las regiones occidental, central y oriental del territorio de la República Bolivariana.


Esta comisión será la encargada de realizar un exhaustivo inventario de la propiedad, tenencia, uso y productividad de las tierras en todo el país, "y quien no pueda demostrar la titularidad de sus tierras, estará 'raspado'”, es decir sujeto a la ocupación y reparto por parte del Estado, declaró el presidente del INTI (instito nacional de tierras)
Venezuela desarrolló una reforma agraria en los años 60 del siglo XX, con reparto de varios millones de hectáreas a 230.000 familias, pero el proceso no se sostuvo. En 1998, los grandes propietarios poseían 42 por ciento del total de las tierras explotadas en el país, frente a 23 por ciento en 1958, según un estudio de la organización no gubernamental Provea.

Según la ley, los propietarios deben demostrar ante el INTI que usan eficientemente su tierra, y si ese no es el caso entonces se coloca su finca agrícola bajo observación y se pacta un programa productivo, en tanto por tierras ociosas deberá pagarse un impuesto.

Análisis del Tema

Cuando se habla de Reforma Agraria, debemos tomar en cuenta que toda reforma surge al comprobar la inadecuación de las instituciones a la realidad de las estructuras vigentes, y además sólo se justificaría cuando hay un problema agrario, es decir, cuando las relaciones socioculturales, económicas y políticas del campo son impedimento para el desarrollo.

El problema agrario en nuestros tiempos se basa principalmente en la alta concentración de lo terrenos agrícolas en manos de una oligarquía rural, es decir, que en Latinoamérica el latifundio es la forma predominante de la posesión de la tierra, la cual en gran parte se mantiene improductiva, con lo cual nace la necesidad de distribuir y democratizar los terrenos para obtener una mayor producción.

Para llevar a cabo la solución de esta problemática es necesario generar una reforma administrativa y reforma del estado, esto porque para tener una estabilidad institucional, una delimitación adecuada y visible de las competencias sin ambigüedades, dualidades ni menos "áreas de nadie" de las instituciones, se requiere de una planificación óptima y tomando todas las variables involucradas, para que al plazo correspondiente se observe el cumplimiento de los objetivos propuestos por éstas. 

Esta planificación consiste en " procurar la transformación del sistema tradicional de improvisación en la formulación de decisiones gubernamentales, por otro fundamento en el previo estudio de los problemas como base de las decisiones políticas que procurarán la forma de resolverlos... la planificación es por lo tanto una respuesta absolutamente esencial, debido a la transformación de los Estados latinoamericanos de simples a altamente complejos", en este sentido, observamos a raíz de lo ocurrido en general en los países de América latina, que no ha existido una buena planificación para llevar a una estabilidad seria y confiable a la reforma agraria como tal, se observa que en algunos países se crearon organismos, que más adelante no tuvieron éxito, por la poca preparación de sus integrantes, o mal ejecución de los objetivos planteados e incluso porque solo fueron perdiendo fuerza por motivo de agentes externos del contexto en que se desarrollan, en otros (que son la minoría), si tuvieron éxito y perduran hasta el día de hoy, pero cabe mencionar que en estos existe un modelo ideológico que los respalda, situación que no ocurrió en general en América latina en su totalidad.

La necesidad de la planificación para fomentar el desarrollo de los países latinoamericanos, ha sido ponderada por el destacado economista Raúl Prebish: "si se quiere solamente de valores económicos. Si nos proponemos a elevar a un alto nivel del bienestar mensurable en bienes materiales, en educación y en salud, es fundamental exaltar la personalidad del hombre y no subordinarla a exigencias de un sistema económico" (1963)

A raíz de esto podemos señalar otro importante factor que incide enormemente en una institucionalización óptima, seria y perdurable de la reforma agraria, este factor es el Marco Ideológico en el contexto de la instauración de una reforma de este tipo, como mencionaba Prebish el hombre no debe subordinar su personalidad las exigencias de un sistema económico, pero al contrario de este hecho, Latinoamérica por el escenario de bipolaridad mundial provocada por la segunda guerra mundial se vio fuertemente influenciada por el capitalismo, por el motivo principal que es un territorio próximo al encabezante de este bloque, Estados Unidos, sin perjuicio que hubiera países (y los hubo) cercanos al ideal socialista propuesto por la URSS., pero en general la mayoría de los países latinoamericanos se vieron influenciados por el ideal capitalista, esta influencia provocó, que las nacientes reformas, como la agraria y los procesos de nacionalización de industrias y terrenos, se vieran estancados, más adelante esto se confirmaría con la implantación del neoliberalismo en algunos países y el creciente proceso de globalización vivido por ellos y el mundo entero, esto porque estos modelos promueve la libre competencia, no se preocupa de impulsar un desarrollo equilibrado de los distintos sectores de la sociedad, y además postula la poca casi nula intervención del Estado en asuntos económicos, todos estos postulados, hacen que no se pueda continuar con una proceso de reforma agraria y llevarla a su institucionalización, por ende queda estancada. 

No así en los países que poseen un marco ideológico diferente, mas bien en contra del mencionado anteriormente, principalmente podemos mencionar un ideal socialista, el cual busca el desarrollo de los sectores mas desvalidos de la población, y busca una equidad entre ellos, así observamos el caso de Cuba, que a pesar de las oposiciones, logro sacar adelante este tipo de procesos, y Venezuela, que estos últimos años ha avanzado fuertemente en esta materia, también podemos mencionar los que se refiere a estructuralismo cepalino, (El término “estructuralismo” aparece por primera vez en el vocabulario técnico del desarrollo durante los debates de la década de 1950 acerca de las causas de la inflación en América Latina. La posición estructuralista sostenía que, en el continente, la inflación no era simplemente un fenómeno monetario. No lo causaba sólo la emisión de demasiado dinero en relación con la oferta disponible de bienes. La desproporción entre dinero y bienes obvia-mente estaba presente, pero sus causas eran más globales y residían en la estructura económica, que creaba rigideces en la oferta de bienes. La implicación para la política era que la solución de este tipo de inflación no podía encontrarse sólo en la deflación o restricción de circulante. Ella consistía en desarrollar la estructura económica de modo de eliminar las rigideces existentes. Exigía pues encontrar formas para reducir la dependencia de la ex-portación de bienes primarios y de la importación de bienes de consumo y de capital (Toye, 1987, p. 34).
La CEPAL fue creada en 1948 y jugará un importante papel en la redefinición, desde la perspectiva del subdesarrollo, de la problemática del desarrollo y del concepto mismo.

El pensamiento cepalino se basa en el cuestionamiento a “la división internacional del trabajo” en la economía mundial, entre un “centro” productor de bienes industrializados y una “periferia” productora de materias primas) como teoría que ayudaría a la implantación de esta reforma, ya que esta teoría se relaciona con un modelo de estado acorde con los requerimientos de implantación de esta , como lo es el Estado Keynesiano, o de Bienestar que se caracteriza por la intervención del estado en el mercado con vistas a equilibrarlo, a redistribuir ingresos , utilizando para ello el proteccionismo, la creación de empresas públicas, política redistributiva de ingresos e impulsando modelos de sustitución de importaciones y de industrialización. 

Esto fue lo que ocurrió en un principio en los países latinoamericanos, pero como ya vimos terminó en un modelo totalmente diferente y opuesto fracasando o dejando de lado las propuestas y reformas adoptadas en un principio. por este motivo creemos que la reforma agraria debe y puede implantarse correctamente en los países que tengan modelos ideológicos que la avalen y que ayuden a su institucionalización, y no que la frenen y la hagan desaparecer, de no ser así el sistema existente debe acoplarlos a sus objetivos y a amoldarlo, para que pueda tener éxito y su ejecución sea eficiente, teniendo siempre en cuenta que cubra las necesidades de los afectados (por la reforma) para que así se logre una legitimación de parte de este grupo y en general de toda la sociedad del poder gubernamental y los organismos involucrados en este proceso. 

Ejemplificando, en América Latina el tema de la Reforma Agraria se radicalizó con los hechos acaecidos en la revolución cubana en 1959, lo que generó un acercamiento de los países al pensamiento marxista-leninista, que llevaría a la revuelta del campesinado en Latinoamérica, siguiendo el ejemplo cubano. Este modelo plantea un cambio estructural con una estrategia de desarrollo buscando la convivencia armoniosa entre el campesinado y los demás sectores económicos, principalmente con el industrial, debido a que la industrialización se veía obstaculizada por estructuras agrarias cerradas, para esto se necesitaba la intervención del Estado que generara una división de los terrenos en forma igualitaria. Sin embargo por el escenario de bipolaridad mundial propio de la posguerra, se estipula otra estrategia de desarrollo basado no en los cambios estructurales radicales, sino en una modernización tecnológica que ayude a obtener el mayor provecho de los terrenos agrícolas. Según estudios de la CEPAL, relacionados con la situación social de las poblaciones de los distintos países latinoamericanos, han comprobado que”las condiciones de vida del campesinado cubano son las mejores del continente” (Sampaio 2005), esto porque el sistema político y económico que poseen, hace posible que se den las condiciones necesarias para que la reforma y todo lo que ella conlleva tenga resultados positivos y fructíferos. 


En contraposición, las reformas agrarias que se han implantado en un régimen capitalista, no han tenido los resultados esperados, ya que sólo se toma en cuenta el sector más viable económicamente en el tiempo, y el sector restante que también tiene posesión de la tierras pero en menor cantidad y menos rentables, se ven perjudicadas profundamente por esta reforma, principalmente porque no son incluidos en la macroeconomía del país, por su baja competencia e influencia en el sector.

Otro de las ideas anteriormente mencionadas como la de que se logre una legitimación de la sociedad del poder gubernamental y los organismos involucrados en la ejecución de la reforma agraria, a nuestro juicio, forma parte también del fracaso institucional de la reforma agraria en los países de Latinoamérica, Al no existir una buena planificación y por ende una mala puesta en marcha de este tipo de procesos, genera una visión negativa por parte de la sociedad, observando que no se está haciendo un buen trabajo, y pierde la confianza y legitimidad que hayan adquirido hasta entonces. Esta caída de la legitimidad radica principalmente en que quienes son los responsables de implantar y llevar a cabo el proceso de reforma agraria, crean instituciones que no se acomodan al contexto o estilo de reforma que demanda el campesinado, esto hace que se hagan planes reformistas inadecuados, incompletos y no basados en los verdaderos requerimientos de los ciudadanos y del país, sino en lo que el Estado quiere y puede otorgar.

La ciudadanos y los agentes sociales más directamente involucrados observan, que existen, procesos de reforma agraria, por este motivo debiera existir una confianza hacia los organismos pertinentes, pero al darse cuenta que las desigualdades persisten, que las distribuciones no son equivalentes a las demandas propuestas, manifiestan su rechazo al proceso, no cumplen los requerimientos que se les pide como beneficiarios de esta reforma, no legitiman los procesos ni las instituciones responsables de este proceso y esto por lo tanto conlleva a un fracaso del proceso de institucionalización. Otro factor, pero de influencia de menor media, es que los Estados al ver el ejemplo en los demás países, o simplemente por temas de prioridad, dejan de lado este proceso, estableciendo que existen temas muchos más urgentes que resolver, y siempre superponiendo otras materias en la agenda de trabajo por sobre los procesos marginados.

En síntesis podemos mencionar que los principales obstáculos que se han presentado para una óptima institucionalización de la reforma agraria en los países de latinoamerica son:
- Falta de reforma administrativa y del estado, lo que provoca una carencia absoluta de planificación, y de toma de decisiones acertadas.
- El Modelo Ideológico imperante en la mayoría de las países latinoamericanos, no ayuda a la institucionalización de esta reforma
- Poca legitimidad hacia los gobiernos y organismos, que no han hecho bien su trabajo
- Marginación del tema, relegándolo porque existen según los gobiernos, temas más importantes que tratar en determinados momentos.

Conclusión

El problema de la institucionalización de la reforma agraria Latinoamérica, radica por una parte, según nuestro parecer en que los ciudadanos de América latina no han tomado conciencia de que para establecer una reforma agraria eficiente se debe establecer un modelo ideológico que respalde aquello, lo que no hace el modelo capitalista, predominante ayer y hoy en nuestra sociedad. No queremos establecer un modelo mejor, basados en que la Revolución Mexicana, revolución de tipo campesina, fue efectiva (aunque demoró bastante en institucionalizarse) sin tener indicios del socialismo que marcaría la revolución Cubana, lo que tienen de parecido los dos ejemplos es que dentro de sus principios estaba establecer la reforma agraria, y en un sentido más de ontogénesis generar más justicia social que es un rasgo inherente al ser humano al apreciar condiciones de desigualdad que colocan a hombres por sobre otros y por tal como seres racionales se nos llama a corregir. 


Además para que tenga éxito en nuestros días en los países de América Latina este importante y ya tan conocido proceso, es una adecuada profesionalización de los agentes que pongan en ejecución esta reforma, con una buena planificación y puesta en marcha, además de que los responsables se dediquen completa y exclusivamente en sus tareas, por ello deben crearse organismos, instituciones y cargos , para que los demás ya existentes se preocupen de las tareas que les corresponden no invlocrándose directamente en el proceso, ya que como vimos se le margina por temas de prioridad.


Bibliografía

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Reforma Agraria en América Latina




Para comprender adecuadamente la problemática, los antecedentes y los procesos que se exponen, es necesario abordar en primera instancia los conceptos que se encuentran involucrados y entenderlos dentro del contexto en que se desarrollan.

Reforma “del latín re-formare (volver a formar). Múltiples son los usos de este término...En política es, cambio no sustancial de un régimen político, es decir, corregir algunas situaciones concretas, pero que no perturban el orden establecido... En este sentido se entienden las expresiones de reforma agraria, constitucional o universitaria.” (Blázquez, 1997).
María del Pilar Conzuelo plantea que “en general podemos afirmar que cualquier fracaso de Reforma nos remite necesariamente a aspectos tales como educación, ajuste, mejoramiento, transformación, innovación, perfeccionamiento, y estos son válidos si se aplican al Estado o a la Administración Pública, con la condición de que los mismos sean deliberados direccionados en su velocidad y alcance (no violentos) y con cierta planeación y gradualidad en su aplicación, con lo que pretendemos deslindarlos de conceptos como la revolución o el simple cambio relativo a situaciones de coyuntura”. (1999)

Con respecto a lo agrario, se puede vincular a toda actividad relacionada con la tierra. Así Reforma Agraria se entiende como “el conjunto de medidas políticas, económicas, sociales y legislativas, cuyo fin es modificar la estructura y producción de la tierra (Wikipedia 2007), Otra definición similar establece que “es un proceso mediante el cual se aplica un conjunto de medidas económicas y políticas, con el objetivo de cambiar deforma gradual, ordenada e integral la estructura agraria, en sus aspectos económicos, social, cultural y político para lograr el desarrollo integral.” (CONAIE 2001)

Según el peruano Hugo Blanco Galdós, “Reforma Agraria abarca no sólo a la redistribución de la tierra que es su principal aspecto, sino a la capacitación agropecuaria, al asesoramiento técnico, al apoyo en la comercialización, a las facilidades crediticias a las facilidades para la comercialización, etc. En pocas palabras, impulsar el desarrollo integral del sector agropecuario que es responsable de la subsistencia de la población, de la misma existencia de ella.” (2006)



Reforma Agraria en América Latina

Desde la conquista ibérica la historia latinoamericana ha estado marcada por la disputa de la tierra, en principio, millones de indígenas luchan en defensa de sus tierras, con el tiempo los sectores de la burguesía criolla chocan entre si por el control de las mejores tierras, y en el Siglo XX la inversión del capital monopólico extranjero motiva como respuesta la nacionalización de las tierras al fin y al cabo los latifundios eran en general los que dominaban la economía rural del continente, y los campesinos sin tierras constituían el grupo más desvalido de sus respectivas sociedades. La perspectiva de desbaratar el poder político e los terratenientes prestaba el ímpetu a los reformadores para instaurar es proceso de reforma de la redistribución de la tierra en América latina.

Los proyectos de reforma agraria esbozados en el siglo 19 e implementados en el presente, constituyen que la cuestión de la reforma agraria ha estado en el centro del conflicto social latinoamericano.

La historia nos presenta que el tema de la reforma agraria y la lucha por su institucionalidad no es un tema de los últimos siglos. En plena república romana el tribuno de plebe Tiberio Gracco viendo las condiciones del campesinado de la península itálica, que derivaron de las guerras púnicas ideó el primer proyecto para institucionalizar la reforma agraria en la República y terminar con el clasista sistema de latifundio en esta sociedad. Desde la mitad del siglo XIX hasta la primera mitad del sigo XX el sistema de posesión de la tierra heredado de la época colonial era predominante, el sistema de hacienda o latifundio se había expandido por toda América latina. “La primera ley de reforma agraria fue promulgada por Simón Bolívar después de la batalla de ayacucho que sellaría la independencia del Alto Perú” (IAN, 2001) no obstante “esta repartición sólo fue para el ejercito, quien según él era el pueblo, quien lo acompaño en su emancipación latinoamericana” (Pinto, 2005) frente al imperio español. A pesar de lo anterior el latifundio, valga la redundancia, siguió siendo el sistema predominante en América latina, hasta los hechos sucedidos a comienzos de siglo, en 1910, en México donde el proceso revolucionario, que tenia como una de sus bases la reforma agraria, rompe con el esquema latifundista predominante.

México

La reforma tuvo su origen en una revolución popular de gran envergadura, y se desarrolló durante una guerra civil. El Plan de Ayala, propuesto por Emiliano Zapata y adoptado en 1911, exigía la devolución a los pueblos de las tierras que habían sido concentradas en las haciendas. En 1915 las tres fuerzas revolucionarias más importantes, el constitucionalismo, el villismo y el zapatismo, promulgaron las leyes agrarias. la constitución de 1917 incluyó el reparto de tierras en su artículo 27. Desde entonces, el reparto de tierras fue mandato constitucional y política del Estado mexicano.


Entre 1940 y 1965 el crecimiento de la producción agropecuaria superó al crecimiento de la población nacional debido a la incorporación al cultivo y al uso agropecuario de las tierras que habían sido repartidas. Las tierras aptas para el cultivo fueron escaseando y cada vez daban rendimientos más bajos Entre 1964 y 1970, el Gobierno realizó un esfuerzo postrero para completar el reparto de las tierras del sector agrario. Sin embargo, el carácter autoritario de las políticas, la burocracia y la falta de alternativas para la población rural impidieron que los campesinos y otras fuerzas sociales adoptasen los planes propuestos. Se ofreció nuevamente al sector agrario la continuación del reparto de las tierras, a pesar de que comenzaba a ser manifiesto que la política de redistribución de tierras había sido ineficaz para alcanzar la justicia y el bienestar, y que, por el contrario, había agudizado los conflictos políticos agrarios, la incertidumbre y la precariedad. La falta de financiamiento ha sido uno de los problemas que ha entorpecido la formación de un mercado de tierras. El sistema de apoyos y subsidios públicos al sector rural, la otra faz de la reforma, quedó a medio camino entre la inercia y la reforma. En la misma situación quedó la reforma institucional. La reforma constitucional creó instituciones como los Tribunales Agrarios, la Procuraduría Agraria y el Registro Agrario Nacional, pero al igual que en la mayoría de las instituciones de promoción y fomento, las inercias persistieron. 

El sistema de financiamiento público rural, que técnicamente estaba en quiebra, fue desmantelado para ser reorganizado posteriormente; este proceso aún no ha culminado. El aparato institucional y su burocracia no han seguido el ritmo de las nuevas normas legales ni se han adaptado al espíritu de la reforma. Persiste un centralismo de carácter autoritario y paternalista (Warman 2002)

La Revolución Mexicana fue un ejemplo para el campesinado latinoamericano, demostró que los campesinos organizados podían derribar este sistema, es así es como este espíritu revolucionario en el campo llegaría a Bolivia bajo el gobierno de Víctor Paz Estensoro, en 1954, luego en Guatemala con Jacobo Arbenz Guzmán.

En Perú en 1968 bajo el régimen militar izquierdista en consecuencia de la revolución de las fuerzas armadas al mando de Juan Velasco Alvarado, se comienza la readecuación de las estructuras agrarias en ese país (Wikipedia 2007)
Pero lo que haría estallar la revuelta del campesinado latinoamericano se gestaría en la revolución cubana de 1959, que expandiría el pensamiento Marxista - Leninista más a fondo por lo campos de Latinoamérica.

Cuba

Con una economía basada en la agricultura exportadora, tras la independencia de España la posesión de la tierra en Cuba fue por siglos el eje de la existencia de la nación, un fenómeno común en América Latina, agudizado por la voracidad de monopolios extranjeros y los terratenientes locales, autores de un mal enraizado y condenado en múltiples ocasiones a lo largo de las más de cinco décadas de vida republicana: el latifundio. La Ley de Reforma Agraria era, en 1959, una necesidad impostergable, cuyo antecedente inmediato estaba en la orden firmada el 10 de octubre de 1958 por la Comandancia del Ejército Rebelde, destinada al reparto de tierras a los precaristas, arrendatarios y parceleros en las zonas liberadas. 

El principal oponente fue el gobierno norteamericano, porque una Ley de Reforma Agraria modificaba considerablemente todo el sistema de relaciones económicas en Cuba, especialmente su condición como exportador al mercado norteamericano, además de repetir la osadía cometida cinco años antes por el gobierno de Jacobo Arbenz en Guatemala. A partir del 17 de mayo de 1959, las tensiones entre la Cuba revolucionaria y el prepotente gobierno norteamericano irían en aumento y la primera Ley de Reforma Agraria se convertiría, en motor de un proceso de transformaciones que definirían más rápidamente el futuro y la historia de esta Isla.(Manso 2000)

Primera Ley de Reforma Agraria. Se firmó un 17 de mayo de 1959 en La Plata, en el mismo corazón de la Sierra Maestra. Eliminó para siempre la explotación cruel y enajenante del campesinado cubano; el que hasta ese entonces había estado condenado a vivir en el camino real con el acoso perenne de la guardia rural, esta ley le decía adiós al latifundio cuando nacionaliza todas las propiedades de más de 420 hectáreas de extensión y entrega la propiedad de la tierra a decenas de miles de campesinos.
La Segunda Ley de Reforma Agraria, únicamente permitió mantener 66 hectáreas como máximo y fue indudablemente el segundo golpe demoledor a la burguesía agraria (González 2002)


En 1976 se crea el Ministerio de la Agricultura (MINAG) como continuador en el marco institucional del INRA (Instituto Nacional de Reforma Agraria) donde su misión es garantizar la seguridad alimentaria del país, el desarrollo sostenible y la competitividad en la esfera internacional del sector agropecuario, en beneficio de la sociedad cubana El Ministerio de Agricultura logra satisfacer en más del 60% el aporte a la seguridad alimentaria del país; logra ingresos a partir de la comercialización del orden de los 1000 millones de USD; es una organización eficiente, competitiva y sostenible y todas sus entidades han desarrollado el proceso de perfeccionamiento empresarial.

Ha institucionalizado el sistema de planificación, seguimiento y evaluación así como el sistema de información gerencial y desarrolla la gerencia por proyectos, derivados de su Plan Estratégico. (Gobierno de Cuba 2005)

Estados Unidos y la Alianza para el progreso

El escenario de bipolaridad mundial a partir de la guerra fría, hizo que Estados Unidos viendo el escenario de la revolución cubana, que tuvo gran significado para Latinoamérica en el tema de la reforma agraria y en búsqueda de el socialismo, impulsara la Alianza para el Progreso, ésta fue un programa para el desarrollo socioeconómico de Latinoamérica que preveía un plan de carácter decenal y fue aprobado por la Organización de Estados Americanos (excepto Cuba) el 17 de agosto de 1961, en la conferencia que tuvo lugar en Punta del Este (Uruguay), a instancias del presidente estadounidense John Fitzgerald Kennedy. El hecho de que Cuba no firmara finalmente el acuerdo fue motivado por la esencia del mismo, que pretendía fundamentalmente evitar la extensión de los principios políticos que pudiera aportar al resto de Latinoamérica la triunfante Revolución Cubana liderada por Fidel Castro. 

El plan, diseñado para el periodo comprendido entre 1961 y 1970, buscaba la cooperación y ayuda mutua de los estados firmantes, el refuerzo de sus comportamientos democráticos y la redistribución justa de la riqueza obtenida con la inyección económica que procuraría la inversión de los 20.000 millones de dólares previstos. El fracaso de la Alianza estuvo en relación con la falta de realización de las necesarias reformas agrarias y fiscales de los países así como en la propia dirección de la política exterior estadounidense, que suspendió determinadas ayudas y abusó del intervencionismo en algunos estados. (Planeta Sedna 2003)



Nuevo contexto económico mundial: El Neoliberalismo

El neoliberalismo puede ser considerado como teoría económica, como utopía, como ética o como filosofía del ser humano. En realidad es una filosofía que se presenta en forma de teoría económica, cargada con todo el valor científico que el mundo actual atribuye a la economía. Es una utopía, pero una utopía que pretende tener bases en la ciencia pura. De este modo, pretende entregar una visión completa del ser humano, e incluso, una ética. (Comblin 2000)

Más objetivamente el neoliberalismo es una doctrina filosófica que tiene ramificaciones en todos los campos de las ciencias sociales. Los neoliberales se dedican a ensalzar la competencia capitalista, afirmando que el mecanismo de esta última garantiza automáticamente las mejores condiciones para la evolución de las fuerzas productivas. La argumentación del Neoliberalismo es que la libre competencia es el estado ideal de la economía, pero no siempre puede ponerse en vigor, porque los monopolios la contrarrestan. Esta reacción puede ser superada y la libre competencia puede ser restablecida tan sólo aplicando una serie de medidas de política económica.

La teoría de los neoliberales se basa, en forma enmascarada, en la idea del papel decisivo del Estado en la economía, es decir, el rol del Estado debe ser el de promover la libre competencia.

Con el Neoliberalismo disminuyó el proceso de reforma agraria no ha sido tan importante para los gobiernos dedicarse a resolver esta situación sin embargo esto refleja que este modelo económico en sus estructuras no tiene como principio este proceso por tal se hace muy difícil generar una institucionalización de la reforma, es decir estas reformas en un contexto neoliberal no son el requerimiento de lo que el campesinado desea, sino que son ineficientes y no legitimadas por el campesinado latinoamericano. Sin embargo podemos apreciar que en el marco de la transmisión al socialismo que vive Venezuela este proceso de reforma agraria que se aprobó hace muy poco tiempo puede dar garantía de que para que la reforma agraria sea efectivamente institucionalizada necesita un marco ideológico predominante que en sus principios tenga este proceso y genere leyes para que se cumpla y sea legitimada por la población, y así poder comprobar nuestra hipótesis planteada en nuestra investigación con respecto a la institucionalización de la reforma agraria en Latinoamérica.

Venezuela y la actual reforma agraria

Con la importante legitimidad obtenida en las urnas en las elecciones revocatorias del 15 de agosto del 2004, el Gobierno venezolano liderado por Hugo Chavez comenzó el 2005 profundizando la reforma agraria que intenta implementar desde el año 2001. El 10 de enero el presidente de Venezuela firmó el “decreto para la reorganización de la tenencia y uso de la tierra con vocación agrícola” a partir del cual los campesinos pobres podrán acceder a tierras productivas propiedad de latifundistas que se encuentran sin cultivar.
Con esta medida el gobierno no hace más que ordenar la ejecución de la Ley de Tierras, que tiene una base legal desde el 2001, y ha sido fuertemente resistida.

Una comisión agraria integrada por altos funcionarios del Estado revisará la situación de las tierras y llevará a cabo el reparto de las “tierras ociosas”. Como está expresado en el artículo 2 del decreto la “comisión estará presidida por el Ministro de Agricultura y Tierras”, y conformada, entre otros funcionarios “por los Ministros de la Economía Popular, del Ambiente y de los Recursos Naturales, la Procuradora General de la República, el Presidente del Instituto Nacional de Tierras” y gobernadores representantes de las regiones occidental, central y oriental del territorio de la República Bolivariana.



Esta comisión será la encargada de realizar un exhaustivo inventario de la propiedad, tenencia, uso y productividad de las tierras en todo el país, "y quien no pueda demostrar la titularidad de sus tierras, estará 'raspado'”, es decir sujeto a la ocupación y reparto por parte del Estado, declaró el presidente del INTI (instito nacional de tierras)
Venezuela desarrolló una reforma agraria en los años 60 del siglo XX, con reparto de varios millones de hectáreas a 230.000 familias, pero el proceso no se sostuvo. En 1998, los grandes propietarios poseían 42 por ciento del total de las tierras explotadas en el país, frente a 23 por ciento en 1958, según un estudio de la organización no gubernamental Provea.

Según la ley, los propietarios deben demostrar ante el INTI que usan eficientemente su tierra, y si ese no es el caso entonces se coloca su finca agrícola bajo observación y se pacta un programa productivo, en tanto por tierras ociosas deberá pagarse un impuesto.

Análisis del Tema

Cuando se habla de Reforma Agraria, debemos tomar en cuenta que toda reforma surge al comprobar la inadecuación de las instituciones a la realidad de las estructuras vigentes, y además sólo se justificaría cuando hay un problema agrario, es decir, cuando las relaciones socioculturales, económicas y políticas del campo son impedimento para el desarrollo.

El problema agrario en nuestros tiempos se basa principalmente en la alta concentración de lo terrenos agrícolas en manos de una oligarquía rural, es decir, que en Latinoamérica el latifundio es la forma predominante de la posesión de la tierra, la cual en gran parte se mantiene improductiva, con lo cual nace la necesidad de distribuir y democratizar los terrenos para obtener una mayor producción.

Para llevar a cabo la solución de esta problemática es necesario generar una reforma administrativa y reforma del estado, esto porque para tener una estabilidad institucional, una delimitación adecuada y visible de las competencias sin ambigüedades, dualidades ni menos "áreas de nadie" de las instituciones, se requiere de una planificación óptima y tomando todas las variables involucradas, para que al plazo correspondiente se observe el cumplimiento de los objetivos propuestos por éstas. 

Esta planificación consiste en " procurar la transformación del sistema tradicional de improvisación en la formulación de decisiones gubernamentales, por otro fundamento en el previo estudio de los problemas como base de las decisiones políticas que procurarán la forma de resolverlos... la planificación es por lo tanto una respuesta absolutamente esencial, debido a la transformación de los Estados latinoamericanos de simples a altamente complejos", en este sentido, observamos a raíz de lo ocurrido en general en los países de América latina, que no ha existido una buena planificación para llevar a una estabilidad seria y confiable a la reforma agraria como tal, se observa que en algunos países se crearon organismos, que más adelante no tuvieron éxito, por la poca preparación de sus integrantes, o mal ejecución de los objetivos planteados e incluso porque solo fueron perdiendo fuerza por motivo de agentes externos del contexto en que se desarrollan, en otros (que son la minoría), si tuvieron éxito y perduran hasta el día de hoy, pero cabe mencionar que en estos existe un modelo ideológico que los respalda, situación que no ocurrió en general en América latina en su totalidad.

La necesidad de la planificación para fomentar el desarrollo de los países latinoamericanos, ha sido ponderada por el destacado economista Raúl Prebish: "si se quiere solamente de valores económicos. Si nos proponemos a elevar a un alto nivel del bienestar mensurable en bienes materiales, en educación y en salud, es fundamental exaltar la personalidad del hombre y no subordinarla a exigencias de un sistema económico" (1963)

A raíz de esto podemos señalar otro importante factor que incide enormemente en una institucionalización óptima, seria y perdurable de la reforma agraria, este factor es el Marco Ideológico en el contexto de la instauración de una reforma de este tipo, como mencionaba Prebish el hombre no debe subordinar su personalidad las exigencias de un sistema económico, pero al contrario de este hecho, Latinoamérica por el escenario de bipolaridad mundial provocada por la segunda guerra mundial se vio fuertemente influenciada por el capitalismo, por el motivo principal que es un territorio próximo al encabezante de este bloque, Estados Unidos, sin perjuicio que hubiera países (y los hubo) cercanos al ideal socialista propuesto por la URSS., pero en general la mayoría de los países latinoamericanos se vieron influenciados por el ideal capitalista, esta influencia provocó, que las nacientes reformas, como la agraria y los procesos de nacionalización de industrias y terrenos, se vieran estancados, más adelante esto se confirmaría con la implantación del neoliberalismo en algunos países y el creciente proceso de globalización vivido por ellos y el mundo entero, esto porque estos modelos promueve la libre competencia, no se preocupa de impulsar un desarrollo equilibrado de los distintos sectores de la sociedad, y además postula la poca casi nula intervención del Estado en asuntos económicos, todos estos postulados, hacen que no se pueda continuar con una proceso de reforma agraria y llevarla a su institucionalización, por ende queda estancada. 

No así en los países que poseen un marco ideológico diferente, mas bien en contra del mencionado anteriormente, principalmente podemos mencionar un ideal socialista, el cual busca el desarrollo de los sectores mas desvalidos de la población, y busca una equidad entre ellos, así observamos el caso de Cuba, que a pesar de las oposiciones, logro sacar adelante este tipo de procesos, y Venezuela, que estos últimos años ha avanzado fuertemente en esta materia, también podemos mencionar los que se refiere a estructuralismo cepalino, como teoría que ayudaría a la implantación de esta reforma, ya que esta teoría se relaciona con un modelo de estado acorde con los requerimientos de implantación de esta , como lo es el Estado Keynesiano, o de Bienestar que se caracteriza por la intervención del estado en el mercado con vistas a equilibrarlo, a redistribuir ingresos , utilizando para ello el proteccionismo, la creación de empresas públicas, política redistributiva de ingresos e impulsando modelos de sustitución de importaciones y de industrialización. 

Esto fue lo que ocurrió en un principio en los países latinoamericanos, pero como ya vimos terminó en un modelo totalmente diferente y opuesto fracasando o dejando de lado las propuestas y reformas adoptadas en un principio. por este motivo creemos que la reforma agraria debe y puede implantarse correctamente en los países que tengan modelos ideológicos que la avalen y que ayuden a su institucionalización, y no que la frenen y la hagan desaparecer, de no ser así el sistema existente debe acoplarlos a sus objetivos y a amoldarlo, para que pueda tener éxito y su ejecución sea eficiente, teniendo siempre en cuenta que cubra las necesidades de los afectados (por la reforma) para que así se logre una legitimación de parte de este grupo y en general de toda la sociedad del poder gubernamental y los organismos involucrados en este proceso. 

Ejemplificando, en América Latina el tema de la Reforma Agraria se radicalizó con los hechos acaecidos en la revolución cubana en 1959, lo que generó un acercamiento de los países al pensamiento marxista-leninista, que llevaría a la revuelta del campesinado en Latinoamérica, siguiendo el ejemplo cubano. Este modelo plantea un cambio estructural con una estrategia de desarrollo buscando la convivencia armoniosa entre el campesinado y los demás sectores económicos, principalmente con el industrial, debido a que la industrialización se veía obstaculizada por estructuras agrarias cerradas, para esto se necesitaba la intervención del Estado que generara una división de los terrenos en forma igualitaria. Sin embargo por el escenario de bipolaridad mundial propio de la posguerra, se estipula otra estrategia de desarrollo basado no en los cambios estructurales radicales, sino en una modernización tecnológica que ayude a obtener el mayor provecho de los terrenos agrícolas. Según estudios de la CEPAL, relacionados con la situación social de las poblaciones de los distintos países latinoamericanos, han comprobado que”las condiciones de vida del campesinado cubano son las mejores del continente” (Sampaio 2005), esto porque el sistema político y económico que poseen, hace posible que se den las condiciones necesarias para que la reforma y todo lo que ella conlleva tenga resultados positivos y fructíferos. En contraposición, las reformas agrarias que se han implantado en un régimen capitalista, no han tenido los resultados esperados, ya que sólo se toma en cuenta el sector más viable económicamente en el tiempo, y el sector restante que también tiene posesión de la tierras pero en menor cantidad y menos rentables, se ven perjudicadas profundamente por esta reforma, principalmente porque no son incluidos en la macroeconomía del país, por su baja competencia e influencia en el sector.

Otro de las ideas anteriormente mencionadas como la de que se logre una legitimación de la sociedad del poder gubernamental y los organismos involucrados en la ejecución de la reforma agraria, a nuestro juicio, forma parte también del fracaso institucional de la reforma agraria en los países de Latinoamérica, Al no existir una buena planificación y por ende una mala puesta en marcha de este tipo de procesos, genera una visión negativa por parte de la sociedad, observando que no se está haciendo un buen trabajo, y pierde la confianza y legitimidad que hayan adquirido hasta entonces. Esta caída de la legitimidad radica principalmente en que quienes son los responsables de implantar y llevar a cabo el proceso de reforma agraria, crean instituciones que no se acomodan al contexto o estilo de reforma que demanda el campesinado, esto hace que se hagan planes reformistas inadecuados, incompletos y no basados en los verdaderos requerimientos de los ciudadanos y del país, sino en lo que el Estado quiere y puede otorgar.

La ciudadanos y los agentes sociales más directamente involucrados observan, que existen, procesos de reforma agraria, por este motivo debiera existir una confianza hacia los organismos pertinentes, pero al darse cuenta que las desigualdades persisten, que las distribuciones no son equivalentes a las demandas propuestas, manifiestan su rechazo al proceso, no cumplen los requerimientos que se les pide como beneficiarios de esta reforma, no legitiman los procesos ni las instituciones responsables de este proceso y esto por lo tanto conlleva a un fracaso del proceso de institucionalización. Otro factor, pero de influencia de menor media, es que los Estados al ver el ejemplo en los demás países, o simplemente por temas de prioridad, dejan de lado este proceso, estableciendo que existen temas muchos más urgentes que resolver, y siempre superponiendo otras materias en la agenda de trabajo por sobre los procesos marginados.

En síntesis podemos mencionar que los principales obstáculos que se han presentado para una óptima institucionalización de la reforma agraria en los países de latinoamerica son:
- Falta de reforma administrativa y del estado, lo que provoca una carencia absoluta de planificación, y de toma de decisiones acertadas.
- El Modelo Ideológico imperante en la mayoría de las países latinoamericanos, no ayuda a la institucionalización de esta reforma
- Poca legitimidad hacia los gobiernos y organismos, que no han hecho bien su trabajo
- Marginación del tema, relegándolo porque existen según los gobiernos, temas más importantes que tratar en determinados momentos.

Conclusión

El problema de la institucionalización de la reforma agraria Latinoamérica, radica por una parte, según nuestro parecer en que los ciudadanos de América latina no han tomado conciencia de que para establecer una reforma agraria eficiente se debe establecer un modelo ideológico que respalde aquello, lo que no hace el modelo capitalista, predominante ayer y hoy en nuestra sociedad. No queremos establecer un modelo mejor, basados en que la Revolución Mexicana, revolución de tipo campesina, fue efectiva (aunque demoró bastante en institucionalizarse) sin tener indicios del socialismo que marcaría la revolución Cubana, lo que tienen de parecido los dos ejemplos es que dentro de sus principios estaba establecer la reforma agraria, y en un sentido más de ontogénesis generar más justicia social que es un rasgo inherente al ser humano al apreciar condiciones de desigualdad que colocan a hombres por sobre otros y por tal como seres racionales se nos llama a corregir. Además para que tenga éxito en nuestros días en los países de América Latina este importante y ya tan conocido proceso, es una adecuada profesionalización de los agentes que pongan en ejecución esta reforma, con una buena planificación y puesta en marcha, además de que los responsables se dediquen completa y exclusivamente en sus tareas, por ello deben crearse organismos, instituciones y cargos , para que los demás ya existentes se preocupen de las tareas que les corresponden no invlocrándose directamente en el proceso, ya que como vimos se le margina por temas de prioridad.



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