Venezuela alcanzó su definitiva independencia en 1821, con la Batalla de Carabobo, después de una prolongada y cruenta guerra, pero nacía como parte de Colombia, proyecto político unitario de Simón Bolívar conformado, además, por Ecuador, Nueva Granada y el área de lo que ahora es Panamá. Años antes, se había logrado un importante avance cuando la República de Colombia había sido oficialmente reconocida, firmándose un armisticio, en noviembre de 1820, que permitió reorganizarse a las fuerzas revolucionarias.
Es importante señalar, que durante la guerra de Independencia de Venezuela, entre 1811 y 1823 se libraron 80 batallas (incluyendo algunas libradas en la actual Colombia), con el resultado que todos conocemos. Sin embargo, previo al estudio de la Batalla en Carabobo, se darán algunos datos interesantes:
-De las 80 batallas, 50 fueron ganadas por los patriotas, 28 por los realistas y hubo dos tablas.
-El tamaño promedio del ejército patriota fue de 1.885 hombres; con un máximo de 5.000, reunidos por Francisco de Miranda en 1812 y 6.500 con Simón Bolívar en 1821 para la Batalla de Carabobo.
-El mínimo fue utilizado por Juan Bautista Arismendi (el esposo de Luisa Cáceres) en la Batalla de Juan Griego, 50 hombres...
-El mínimo fue utilizado por Juan Bautista Arismendi (el esposo de Luisa Cáceres) en la Batalla de Juan Griego, 50 hombres...
-El ejército realista tuvo mayor tamaño promedio, 2.830 hombres.
-El mayor ejército fue de 8.000 comandado por José Tomás Boves en la Batalla de La Puerta, donde derrotó a Bolívar y a Mariño en 1814.
-El más pequeño fue de 200 hombres, utilizados en una batalla en Güiria, en 1813, contra Mariño.
-El mayor ejército fue de 8.000 comandado por José Tomás Boves en la Batalla de La Puerta, donde derrotó a Bolívar y a Mariño en 1814.
-El más pequeño fue de 200 hombres, utilizados en una batalla en Güiria, en 1813, contra Mariño.
-La batalla más grande es la de Urica donde interviene un total de 11.200 soldados, 7.000 realistas al mando de Boves y Morales y 4.200 patriotas, al mando de José Félix Ribas y José Francisco Bermúdez. Esta batalla terminó con el triunfo de los realistas, pero con la muerte de Boves.
-La mayor diferencia ocurre cuando José Antonio Páez se enfrenta con 150 llaneros a los 6.000 realistas comandados por Morillo... ¡ y lo derrotan! Este es el famoso: "Vuelvan caras".
-Entre los realistas, el más importante fue José Tomas Boves quien libró 11 batallas con 7 triunfos y 4 derrotas. Luego Francisco Tomás Morales (4 y 3) y Domingo Monteverde, también con 4 triunfos y 3 derrotas.
-De los 31 comandantes patriotas, 7 tenían el nombre de José: José Félix Ribas. José Fco. Bermúdez, José Antonio Páez, José A. Padilla, José R. Guevara, José Sarda y Antonio José de Sucre. Además de los terribles José Tomás Boves y Francisco Tomás Morales. Como nota curiosa final, mientras que ejércitos de dos o tres mil hombres libraban furiosas batallas en estas tierras, en Europa se enfrentaba Napoleón con el resto de los países comandando, por ejemplo en Austerlitz a 70.000hombres contra los 90.000 de los emperadores austríaco y ruso; y en 1812 constituyó un ejército de 450.000 soldados (si, cuatrocientos cincuenta mil) para invadir Rusia.
Reseña Histórica del Estado Carabobo
Está situado en la región centro norte costera, entre las Cordilleras de la Costa y del Interior, atravesadas por la quebrada de Carabobo. Limita con los estados de Guárico y Cojedes al sur, con Yaracuy al oeste, con Aragua al este, y al norte, con el Caribe. Las batallas de Carabobo de 1814 y 1821 ganadas por Simón Bolívar a los españoles en las luchas por la independencia otorgan al estado un importante significado histórico.
La capital Valencia, se fundó en 1555 por Alonso Díaz Moreno, con el nombre de Nueva Valencia del Rey, en remembranza de la ciudad homónima del Mediterráneo español, como base de avanzada hacia la conquista del interior del país y valles intramontanos, actuó como centro regional desde el que se redistribuían los excedentes agrícolas. Su participación fue importante dentro del movimiento independentista en el siglo XIX, registrándose en sus proximidades la batalla de Carabobo, decisiva para asegurar la independencia de Venezuela. Sirvió brevemente como capital del país en 1812, 1830 y 1858. Con la primera división territorial de la República en 1811, pasó a formar parte de la Provincia de Caracas y con la ley de División Político Territorial de 1824, es segregada dela provincia de Caracas una nueva provincia con el nombre de Carabobo.
Luego de sucesivos cambios en su jurisdicción político-administrativa, en el año de 1917 se realiza la última reforma que lleva al estado Carabobo a su configuración actual. Según la Ley de División Político Territorial de 1994, el estado Carabobo está dividido en catorce (14) municipios, y treinta y ocho (38) parroquias. Los nombres actuales de estos municipios y parroquias los pueden ver en nomenclador de centros poblados de OCEI. Otros puntos de interés son el antiguo convento de las Carmelitas y la plaza e iglesia de la Candelaria, construida por habitantes de origen canario en 1782; Guácara, Se originó en 1624 como pueblo de indios denominado San Agustín de Guácara; Guigue, se fundó e 1724 como el poblado Nuestra Señora del Rosario de Guigue.
LA BATALLA DE CARABOBO
Quizás uno de los acontecimientos históricos más importantes de Venezuela es sin duda alguna la "Batalla de Carabobo", la cual sirvió para sellar de una vez por todas la independencia de nuestro país. Los antecedentes que dieron como resultado esta batalla se iniciaron cuando el Libertador Simón Bolívar, en Angostura, planificó la campaña que dirigiría contra Nueva Granada con el fin de liberarla. En 1819 el ejército patriota se pone en marcha. Atraviesa los Andes, emulando el paso de Aníbal por los Alpes. Esta fabulosa aventura culmina en Gámeza y en el Pantano de Vargas donde vence a los realistas. Pero sobre todo, en Boyacá donde sella la independencia de la Nueva Granada. Terminada esta campaña, el Libertador entrega el gobierno a Santander y regresa a Angostura.
Fuente: Casa de Nariño. Autor: Ricardo Acevedo Bernal (1867-1930). |
Allí Bolívar propone al Congreso la creación de una sola República con el nombre de Colombia. El 17 de diciembre de 1819 se hacía realidad este sueño y esta aspiración de Bolívar al dictaminar al Congreso su creación. En febrero de 1821 se reanuda la lucha en territorio venezolano. Bolívar ordena a todos los ejércitos patriotas que se concentren en las regiones centrales del país. En junio, Bolívar acampa en Tinaquillo con un ejército de 6.500 soldados. Páez, Cedeño y Plaza son sus principales jefes. Los realistas en número de 5.000 estaban dirigidos por el General de la Torre, pero se encuentran en baja moral. El día 24 de junio de 1821 tiene lugar en el Campo de Carabobo, donde hoy existe un hermoso monumento que la conmemora, la célebre batalla. En ella se inmortalizaron los batallones Apure y británico, inmolaron sus vidas Cedeño, Plaza y el Negro Primero, y el llanero por excelencia, Páez, se cubrirá de gloria. La Batalla fue encarnizada y cruel; pero la victoria sobre los realistas selló definitivamente la independencia de Venezuela. El triunfo en Carabobo se debió al valor de todos lo patriotas; pero sobre todo a la genial astucia y valor de Páez y sus llaneros. Sin duda alguna esta Batalla representa un hecho sin precedente en la lucha por la independencia de nuestro país
Armisticio entre patriotas y realistas.
El 26 de noviembre de 1820 se firma un acuerdo de Armisticio y Tratado de Regulación de guerra entre patriotas y realistas mediante el cual se suspende la guerra por seis meses, ratificado en entrevista del día siguiente entre Bolívar y Morillo. Este acuerdo favorece los planes con miras a la liberación de Venezuela. Bolívar ha logrado reunir sin contratiempos el más grande y eficiente de los ejércitos que mandaría en Venezuela. Aprovechó para organizar la tregua del armisticio, la seguridad que ofrecía Guayana, el dinero enviado por Santander, el empeño de Páez en adiestrar mejor sus cuerpos en Apure y el estímulo y la orientación de los oficiales ingleses. Se había capacitado por vez primera, con mejor disciplina y nuevos métodos, el ejército que iba acerrar la etapa comenzada años atrás. Descontento del ejercito realista La Torre como sus tenientes y antes Morillo se quejan no haber recibido el apoyo suficiente, no sólo de España sino de región ocupada en Venezuela por las armas españolas.
El jefe realista dispone a comienzos de 1821 de un poderoso ejército, del cual solo quedaba un recuerdo. La figura de Morillo, capaz como militar e implacable como enemigo, tenía un concepto rudo del mando: esta era la imagen que tenían los pueblos del soldado español. España no envió a América a un militar superior a Morillo. Tal vez pensó que siendo Venezuela un perpetuo campo de batalla, enviaba al país a un hombre que había luchado tercamente en la guerra de Independencia contra las tropas napoleónicas y es ante este hombre a quién Bolívar tiene que combatir en condiciones de inferioridad. Morales ha vivido 14 años en Venezuela, es canario, y representa la mentalidad de aquellos isleños que vieron perdidas sus haciendas en 1811 al surgir la República. También entre Morillo y La Torre no hubo armonía, pues aquel desaprueba el indulto que dictara éste en Nueva Granada. Morales tenía más conocimientos del país, dada su larga estancia en él. Se ha dicho que llegó muy joven a Venezuela y que ocupado, como Boves, en asuntos de comercio, viajaron continuamente por todo el llano del Guárico hasta el Guarapiche. Morillo conocía la capacidad de La Torre en menesteres de guerra, pues lo vio en la Península.
Geografía de la Batalla
La región donde se libra la batalla de Carabobo es una pequeña llanura bordeada al norte y al oeste por numerosas colinas y cerros, al suroeste de la ciudad de Valencia, en Venezuela. Al norte va la quebrada de Las Manzanas y la de Carabobo, que da nombre el campo, baja de la montaña al lado de la Colina del Chaparral.
Bolívar define la estrategia de ataque
El Libertador planifica la reunión de su ejército con los de Páez y Urdaneta en el centro del país. En un mes se movilizan las tropas hasta San Carlos. En total se concentran 6.500 hombres provistos de armamento, cabalgaduras y provisiones. El General José Francisco Bermúdez debe atacar Caracas para impedir la unión de las tropas realistas. El ejército republicano subía del sur y la defensa realista en los angostos y tortuosos desfiladeros, hacía imposible la entrada. Todo esto lo apreció el Libertador desde la altura de Buenavista, que domina el panorama, y consideró que era suicida atacar en esta forma a La Torre. Ante la disposición de Bolívar de organizar el ejército en divisiones, la vanguardia avanza y se apodera de Buenavista amaneciendo el 24. El Alto de Buenavista dista más o menos una legua de Carabobo. Desde tal sitio, dice Briceño Méndez:
“observamos que el enemigo estaba preparado al combate y nos esperaba formado en seis fuertes columnas de infantería y tres de caballería, situadas de manera que mutuamente se sostenían para impedir nuestra salida a la llanura". Briceño Méndez agrega: " El camino estrecho que llevábamos no permitía otro frente que para desfilar, y el enemigo no solamente defendía la salida al llano, sino que dominaba perfectamente el desfiladero con su artillería, con una columna de infantería que cubría la salida y dos que la franqueaban por derecha e izquierda".
Bolívar se da cuenta de lo imposible del ataque frontal y de que precisamente, la ocupación de la llanura fue una medida de previsión del Mariscal español para obligar a su contrario a combatir como él quería. Aquello alteraba la norma común del Libertador de obligar siempre al enemigo a la lucha, pero en las condiciones que él imponía. La maniobra envolvente la cumplirían Páez, Cedeño, Feriar y Rondón. Páez, en su división lleva a los Bravos de Apure, al Batallón Británico y 1.000 jinetes. Cedeño, al frente de la segunda división comanda al Tiradores, (dirigida por el teniente coronel Ludwig Flegel), y Vargas (teniente coronel Antonio Gravete), a lo que se sumaba un escuadrón de caballería.
La tercera bajo las órdenes del coronel Ambrosio Plaza y constituida por 4 batallones. El de Rifles a cargo del teniente coronel Arturo Sandes, Granaderos al mando del coronel Francisco Paula Vélez, Vencedor de Boyacá dirigida por el coronel Juan Uslar y Anzoátegui, comandada por el coronel José M. Arguidegui; completado todo esto por un regimiento de caballería. Las fuerzas republicanas sumaban en total 6500 hombres.
La estrategia Realista
La Torre, después de la maniobra envolvente que en plano nacional cumplen Bermúdez desde Barlovento, toma de Caracas y avance hasta La Victoria; Urdaneta en su travesía coriana Carrillo y Reyes Vargas hacia San Felipe, fue concentrándose en la llanura de Carabobo, dejando en Tinaquillo un pequeño cuerpo de vigilancia. A medida que el jefe español cede terreno, apresura su marcha el ejército republicano. Bolívar ha quitado toda iniciativa a La Torre desde que éste ordena abandonar a Guanare, perdiendo desde luego impulso y decisión en el proyectado ataque que aspiraba llevar a cabo contra el Libertador. ¿Tenía capacidad La Torre para andar las fuerzas bajo su mando, alrededor de 10 ó 15 mil hombres al principio de la campaña? Sus subalternos son hombres que han luchado en Venezuela, que conocen su geografía, sus costumbres. De ellos el más respetable es Pereira, y a éste deja Morales en Caracas para que atienda a Bermúdez. Se cometen dos errores del Mariscal de campo:
1.- Ausencia de Pereira en el campo de Carabobo
2.- Distracción de más de tres batallones para combatir al jefe oriental y al jefe andino. Además, era sabido que Pereira valía más que Morales.
El error de los realistas
Bolívar dispone que el ejército marche hacia la izquierda para envolver al enemigo por su derecha, maniobra que La Torre no esperaba. Este había confiado en que Bolívar atacaría siguiendo la ruta de Buenavista, zona en la cual la caballería es nula por lo abrupto del terreno. En esta forma consideró el jefe realista fácil la victoria. Por eso organizó y distribuyó sus batallones en la llanura en espera de una situación que sólo él había creado. El ejército realista contaba de más o menos 5.000 hombres, alrededor de la mitad venezolanos, pero toda fuerza experimentada y de primera.
La Batalla
El domingo 24 de junio de 1821 se enfrentaron, a las 12 del mediodía, 4.079 realistas contra 6.500 patriotas. Apenas la mitad, aproximadamente, de los efectivos pudo participar en la batalla, que culminó en cuestión de una hora. La división de Páez fue prácticamente la única que intervino, con sus llaneros y la Legión Británica. Plaza y Cedeño murieron por impetuosidad, cuando ya la batalla estaba decidida. Mariño es jefe del Estado Mayor. Pedro Briceño Méndez es responsable de la logística. Los llaneros de Páez marchan bajo fuego enemigo por la Pica de la Mona. Eran desfiladeros que en ciertos sitios no permitían más de uno en fondo. Las divisiones empiezan a cumplir la acción envolvente ante el asombro de La Torre que no apreció la importancia del ataque por la derecha. Así que tiene que desplazar violentamente al Burgos, el cual, con un fuego nutrido y poderoso, hace retroceder a los Bravos de Apure. Pero seguidamente interviene el Batallón Británico que permite que el los Bravos de Apure se recupere. Cuando el batallón de la Reina avanza, ya la situación de los realistas se ha ido agravando, pues Cedeño ha penetrado a la llanura y una compañía del Tiradores actuaba en apoyo de éste. Hay un momento en que La Torre logra alinear cuatro batallones ante el avance republicano, pero los destacamentos realistas resultan impotentes para resistir la violencia.
Caen combatiendo ante los muros de fuego hombres de la talla de Plaza, Cedeño, José Julián Mellado, teniente Pedro Camejo, Scott, Bruno. Todos ellos no fueron más que expresión de una virtud colectiva y sin nombre que ofrendó la libertad ese día. La Torre mira acercarse la derrota, y algunos cuerpos del Lanceros del Rey, en vez de acatar la orden de incorporarse al combate, huyen al azar. El ejército realista en Carabobo, según información de Córdoba, tuvo de pérdida, entremuertos, extraviados y prisioneros, lo siguiente: 2 jefes, 43 capitanes, 77 subalternos y 2.785 individuos de tropa. Las pérdidas de los patriotas no se contaron, pero debieron ser alrededor de 200 muertos y heridos, según señala Bolívar en su comunicación al Presidente del Congreso.
Martín Tovar y Tovar (1887) Detalle del Oleo sobre tela de la Batalla de Carabobo, mural ubicado en el Capitolio Nacional de Venezuela. |
Lo que siguió a la Batalla
Libre ya Venezuela, a pesar dé las fuerzas realista que huyeron a Puerto Cabello, el Libertador se traslada a Caracas acompañado de Páez. La ciudad seguía con sus casas en escombros debido al sismo de 1812 y así iba a continuar por 40 o 50 años más. Había sido la matriz milagrosa que dio a Bello, a Rodríguez, a Miranda, a Bolívar, y no había tenido tiempo sino para sufrir y esperar. Al triunfo de Carabobo le sucede la rendición de La Guaira, con la capitulación del realista Pereira, la toma de Cumaná y la capitulación de Cartagena. A mediados de 1823 quedan libres las provincias de Coro y Maracaibo; en noviembre del mismo año Páez ocupa Puerto Cabello, última plaza realista en Venezuela.
El Libertador va a organizar ahora el ejército del sur, desde Trujillo, se dirige al general José de San Martín y le dice que su primer pensamiento cuando vio el triunfo en Carabobo fue para él, el Perú y su Ejército Libertador y que nada le será tan grato como ir al Perú. Más o menos en iguales términos se dirigió también al Director de Chile. La idea de Bolívar, anunciada años atrás en Jamaica, cobra cuerpo ahora, máxime que él consideró siempre que su patria era la América y que donde hubiese pueblos irredentos, tenía que ir a libertarlos.
Después que Pereira bate a Bermúdez en El Calvario y le obliga a retirarse hasta más allá de Guarenas, queda dueño de Caracas. Más atento al resultado de lo que de un momento a otro iba a decidirse, de lo cual tenía mejor información que Bermúdez y Soublette, aguarda entre Caracas y La Guaira. Estos pensaban dirigirse al llano en solicitud de Monagas y Zaraza para continuar la guerra. Enterado Pereira del resultado de Carabobo, ambuló por el litoral buscando una salida hacia Puerto Cabello o un barco que también le llevase a este puerto.
Bolívar envió en su persecución a Manrique, a Silva, a Arguindegui, a Ibarra. Con fecha 1° de julio le dirigió una comunicación en la cual le ofrecía capitulación honrosa, reiterándole a la vez los sentimientos de filantropía y liberalidad que animaban al Gobierno. Bolívar le dijo además: "Cuando un oficial ha llenado como U. S. sus deberes aún más allá de lo justo, es una loca temeridad no ceder a las leyes imperiosas e irresistibles de la fuerza y de la necesidad". Pereira responde y Bolívar le envía las bases de la capitulación. Bolívar acepta las modificaciones que hace el jefe realista y le dice que debe ir un oficial a hablar con él acerca del cumplimiento del pacto "en la inteligencia de que en el término de dos horas debe ser ocupada la plaza por las armas de Colombia". Finalmente Pereira es conducido a Puerto Cabello después de firmar la capitulación.
Según Lecuna muere en este puerto de fiebre amarilla. Hay consenso favorable en torno a la figura de este honesto militar que combate fieramente por su bandera y capitula cuando no podía hacer otra cosa. De los 700 hombres que mandaba, 200 regresaron con él a Puerto Cabello. Había perdido alrededor de 1.500. Con fecha 6 de julio, el Mariscal La Torre dijo a Bolívar lo siguiente:
"Excmo. Señor: Ha llegado a mí noticia que por V. E. han sido tratados con toda consideración los individuos del ejército de mi mando que han tenido la desgracia de ser prisioneros de guerra. Doy a V. E. las debidas gracias por este rasgo de humanidad, que me hace disminuir el sentimiento de la suerte de dichos individuos; esperando que continuará V. E. de este modo dando pruebas nada equívocas de que hace renacer las virtudes sociales que habían desaparecido por el enardecimiento de las pasiones que han desolado estos fértiles países".
Todavía habrá guerra en la zona de Coro y Maracaibo y Páez tomará el Castillo de Puerto Cabello en noviembre de 1823, cerrando para siempre el proceso de la emancipación política, al mismo tiempo que Bolívar se dispone a eliminar de traidores el cuadro político del Perú, donde la oligarquía limeña deseaba la independencia sin combatir contra España.
Carta de La Torre a Bolívar.
Cuartel de Puerto Cabello, 6 de julio de 1821. O'Leary, M.D., XVIII, 368.
La más honda y noble manifestación que surge después del triunfo de Carabobo, se debe al Libertador. Desde Valencia se dirige al Presidente del Congreso de la Gran Colombia y le expone que la sabiduría de tal cuerpo está de acuerdo con las ley es existentes en favor de la manumisión y que ese favor pudo extender su beneficencia sobre los futuros colombianos que son recibidos en cuna cruel y salvaje. "Los hijos de los esclavos que en adelante hayan de nacer en Colombia, continúa, deben ser libres, porque esos seres no pertenecen más que a Dios y a sus padres, y ni Dios ni sus padres los quieren infelices". El Congreso pues, debe decretar la libertad absoluta de los que nazcan en territorio de la República "conciliándose los derechos posesivos, los derechos políticos y los derechos naturales". Tal solicitud la hacía Bolívar como "recompensa de la Batalla de Carabobo, ganada por el Ejército Libertador, cuya sangre ha corrido por la libertad".
Tal aspiración de Bolívar no era nueva, pues desde su Cuartel General de Carúpano, el 2 de junio de 1816, decretó la libertad absoluta de los esclavos y el deber de todo hombre, desde los 14 hasta los 60 años, es el de presentarse en su distrito para su alistamiento en las banderas de la República. Con fecha 6 de julio, en proclama a los habitantes de la provincia de Caracas, dijo elocuentemente: "La naturaleza, la justicia y la política, piden la emancipación de los esclavos: de aquí en adelante sólo habrá en Venezuela una clase de hombres, todos serán ciudadanos" y el 16 de julio de 1818, desde Angostura, en nota al Presidente de la Alta Corte de justica, le reiteraba y enumeraba a la vez su decisión en pro de la libertad de los esclavos y las oportunidades en que la había decretado y le decía al final: "Nadie ignora en Venezuela que la esclavitud está extinguida entre nosotros".
Parte de la Batalla de Carabobo
Al Excelentísimo señor Vicepresidente de Colombia. Ayer se ha confirmado con una espléndida victoria el nacimiento político de la República de Colombia. Reunidas las divisiones del Ejército Libertador en los campos de Tinaquillo el 23, marchamos ayer por la mañana sobre el Cuartel General enemigo situado en Carabobo, en el orden siguiente: La primera división, compuesta del bravo batallón Británico, del Bravo de Apure y 1.500 caballos a las órdenes del señor general Páez. La segunda, compuesta de la segunda brigada de La Guardia con los batallones Tiradores, Boyacá y Vargas, y el Escuadrón Sagrado a las órdenes del señor general Cedeño. La tercera, compuesta de la primera brigada de La Guardia con los batallones Rifles, Granaderos, Vencedor de Boyacá, Anzoátegui y el regimiento de caballería del intrépido coronel Rondón, a las órdenes del señor coronel Plaza. Nuestra marcha por los montes y desfiladeros que nos separaban del campo enemigo fue rápida y ordenada.
A las 11 de la mañana desfilamos por nuestra izquierda al frente del ejército enemigo bajo sus fuegos; atravesamos un riachuelo, que sólo daba frente para un hombre, a presencia de un ejército que bien colocado en una altura inaccesible y plana, nos dominaba y nos cruzaba con todos sus fuegos. EL bizarro general Páez a la cabeza de los dos batallones de su división y del regimiento de caballería del valiente coronel Muñoz, marchó con tal intrepidez sobre la derecha del enemigo que en media hora toda él fue envuelto y cortado. Nada hará jamás bastante honor al valor de estas tropas. El batallón Británico mandado por el benemérito coronel Farriar pudo aún distinguirse entre tantos valientes y tuvo una gran pérdida de oficiales.
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La conducta del general Páez, en la última y en la más gloriosa victoria de Colombia lo ha hecho acreedor al último rango en la milicia, y yo, en nombre del Congreso, le he ofrecido en el campo de batalla el empleo de General en Jefe de ejército. De la segunda división no entró en acción más que una parte del batallón de Tiradores de La Guardia que manda el benemérito comandante Heras. Pero su general, desesperado de no poder entrar en la batalla con toda su división por los obstáculos del terreno, dio solo contra una masa de infantería y murió en medio de ella del modo heroico que merecía terminar la noble carrera del bravo de los bravos de Colombia. La República ha perdido en el general Cedeño un grande apoyo en paz o en guerra; ninguno más valiente que él, ninguno más obediente al Gobierno. Yo recomiendo las cenizas de este General al Congreso Soberano para que se le tributen los honores de un triunfo solemne.
Igual dolor sufre la República con la muerte del intrepidísimo coronel Plaza que, lleno de un entusiasmo sin ejemplo, se precipitó sobre un batallón enemigo a rendirlo. El coronel Plaza es acreedor a las lágrimas de Colombia y a que el Congreso le conceda los honores de un heroísmo eminente. Disperso el ejército enemigo, el ardor de nuestros jefes y oficiales en perseguirlo fue tal que tuvimos una gran pérdida en esta alta clase del ejército. El boletín dará el nombre de estos ilustres. El ejército español pasaba de seis mil hombres, compuesto de todo lo mejor de las expediciones pacificadoras. Este ejército ha dejado de serlo. Cuatrocientos hombres habrán entrado hoy a Puerto Cabello.
El Ejército Libertador tenía igual fuerza que el enemigo, pero no más que una quinta parte de él ha decidido la batalla. Nuestra pérdida no es sino dolorosa: apenas 200 muertos y heridos. El coronel Rangel, que hizo como siempre prodigios, ha marchado hoy a establecer la línea contra Puerto Cabello. Acepte el Congreso Soberano en nombre de los bravos que tengo la honra de mandar, el homenaje de un ejército rendido, el más grande y más hermoso que ha hecho armas en Colombia en un campo de batalla. Tengo el honor de ser con la más alta consideración, de V. E. atento, humilde servidor.